Brasil
Tinta inteligente: los sellos termocromáticos informan sobre lo que consumimos
Sustancias sensibles a los cambios de temperatura capaces de avisar cuando está fría una cerveza o bien caliente un preparado de microondas. También sirven para ver la trazabilidad de un producto sin necesidad de pasar un código de barras, a través de un chip integrado en la impresión del envase del producto
Forman parte de un futuro no muy lejano. Las impresiones «inteligentes» aportan un valor añadido a los productos e incrementan la seguridad de cara a los usuarios y sus fabricantes. Tienen múltiples aplicaciones, que van desde el aviso de si está fría o caliente una bebida o precocinado, hasta su trazabilidad. Al introducir la electrónica impresa en envases y embalajes las funciones tradicionales de éstos, como las de protección y presentación de los productos en el punto de venta, se ven ampliadas con la introducción de la tecnología y se abren nuevas posibilidades como la garantía de que no se ha roto la cadena de distribución de los productos, proporcionan elementos contra la falsificación, ofrecen información en pantallas iluminadas o logotipos luminiscentes...
La gran ventaja es que permite la fabricación de elementos electrónicos como si se tratase de una imagen gráfica, consiguiendo abaratar costes y aumentar la velocidad de producción. Justo esta semana han tenido lugar unas jornadas en las que se analizaban lo avances en este campo y los proyectos que hay en marcha en nuestro país. Los institutos tecnológicos del Embalaje, Transporte y Logística (Itene) y Óptica, Color e Imagen (AIDO) fueron los responsables de la coordinación del mismo, ya que desde ellos se llevan a cabo importantes trabajos. Además, este «I Seminario Técnico sobre Electrónica Impresa Inteligente» ha contado en esta primera edición con la participación de expertos de Itene y AIDO, así como responsables de proyectos de I+D de empresas internacionales como Polyic (Alemania), Acreo AB (Suecia), VTT y Printocent (Finlandia), Ntera (EE UU).
Uno de los proyectos destacados es el «Smart Print Pack», «mediante el cual los envases pueden reaccionar a estímulos externos como modificar su color cuando el cliente pasa por su lado en el punto de venta, incorporar una salida USB para ofrecer información adicional sobre el producto, indicarle si ha tomado la dosis diaria e incluso permitir el envío de información al médico que se lo recetó», como explica Nuria Herránz, responsable del Ámbito Tecnológico de Sistemas Inteligentes Avanzados de Itene. Esto se consigue gracias a los sistemas RFID (siglas que corresponden a Radio Frequency Identification; en español, identificación por radiofrecuencia) o electrónica orgánica.
Otro de los trabajos es «Nafispack», que ha centrado su investigación en dos aspectos: por un lado, el estudio de los materiales activos que liberan sustancias y que al entrar en contacto con los alimentos o la atmósfera que los contiene aumentan su vida útil y mejoran las condiciones de dichos alimentos. Y por otro, se refiere a los materiales inteligentes que permiten monitorizar las condiciones de los alimentos envasados o de su atmósfera, proporcionando métodos que determinan la calidad y seguridad de los alimentos envasados a lo largo de la cadena de suministro, desde el productor hasta el consumidor final.
En tercer lugar se encuentra el «Smart Cold Pack». «Este proyecto tiene como objetivo la medición de la cadena de frío de los alimentos refrigerados o congelados a lo largo de toda la línea de distribución e implica garantizar la seguridad de los alimentos, así como la mejora de la confianza del consumidor», apunta Herránz. Los indicadores podrían informar sobre la temperatura (TI) o pueden mostrar un historial (TTI) a través de un código de color. Las tintas pueden ser reversibles o irreversibles y cambian de color a una temperatura predefinida entre -10ºC y 70ºC.
Pero por si no fuera demasiado sofisticada la información que proporciona una tinta inteligente visible, también se da la que no existe. En California, Brasil y Turquía (en poco tiempo llegará a Canadá) ya está en uso una nueva generación de estampillas fiscales digitales con esta tecnología punta en el ámbito del tabaco. Este tipo de «sellos» emplean una sustancia invisible que además lleva consigo un código encubierto único con datos para cada una de las cajetillas (que contiene 20 cigarrillos). La «estampilla fiscal» le permite verificar a uno si el producto es auténtico o falsificado, dado que éstas pueden encriptarse con toda la información que se registra en un sistema central de datos. El coste de introducción de este sistema se ha estimado en 1,7 centavos de dólar por cajetilla de tabaco en Brasil.
La ventaja de esta técnica es la seguridad: la tinta es invisible y difícil de falsificar. Los oficiales de aduanas en California señalan que las «estampillas fiscales» ya han sido copiadas pero que los códigos encriptados siguen intactos. La desventaja es que los escáneres para detectar la información se fabrican específicamente para cada proveedor de tinta invisible y para cada país. Así que fuera de Brasil no se pueden «leer» los códigos, a menos que las autoridades brasileñas proporcionen los escáneres.
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