Badalona

Inmigración y civismo

La Razón
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He leído con atención los acuerdos sobre inmigración, tomados por consenso de todos los grupos municipales, en los ayuntamientos de Salt, l'Hospitalet y Badalona. Son de una extremada prudencia. Abogan por defender el civismo, señalando la posibilidad de que el daño a la comunidad sea reprobado por el ayuntamiento, como también lo es si un autóctono se salta la ley. Habrá que esperar a ver cómo evolucionan antes de prejuzgar cómo se aplicarán.

A favor de las tres corporaciones decir que se producen cuando no hay elecciones. El tema de la inmigración es lo suficientemente importante y delicado para que no se use como arma electoral. Eso sí, sería conveniente que intentaran sumar a los colectivos de inmigrantes enraizados en la ciudad, pues son los principales interesados en que unos pocos no manchen la imagen de todos.

Si queremos que el Estado de bienestar funcione, todos debemos comprometernos en ello. No vale gozar de sus ventajas y, a la vez, negarse a arrimar el hombro para que éste se mantenga: si los niños no van a la escuela el país no avanzará, por lo que ni la sanidad ni tantos otros derechos podrán ser colectivos y gratuitos. Lo mismo de negativo si en el barrio se fomenta el incivismo, pues la comunidad se divide y si a la actual fractura social le añadimos una fractura étnica, el desastre estará servido.