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Marbella

Icono turístico

La Razón
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Escribo este artículo desde Marbella, sede esta semana de los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga. Un lugar en el que sus ciudadanos se levantan para ir a trabajar, porque para muchos agosto no es un mes vacacional; un destino turístico de decenas de miles de españoles que han tenido la suerte de poder tomar vacaciones, pero no distintos a los que van a Estepona, Benalmádena, Almería... Por ello parece incomprensible que haya personas empeñadas en negar que esta ciudad es tan normal como cualquier otra, que las épocas de corruptos sinvergüenzas son anteriores a la actual Corporación y que, afortunadamente para la marca turística española más reconocida internacionalmente, todo aquello es pasado. La capital de la Costa del Sol, que además tiene la enorme suerte de captar un turismo de alto poder adquisitivo, representa el 3% del PIB de Andalucía. Esta cifra puede aumentar si la visita de los Obama posibilita que la ciudad crezca todavía más como icono del turismo mundial. Algo que, por cierto, no vendría mal a la maltrecha economía española. ¿Por qué enfada a algunos que una ciudad española haya tenido la suerte de ser elegida como destino por la familia presidencial estadounidense? Curiosamente, los enojados son los mismos que durante más de 10 años no hicieron nada para evitar que el Consistorio marbellí oliera a podrido y se descompusiera y a los que su miopía sectaria les impide ver que la excelencia turística española se extenderá de Marbella al resto de España.