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Vigalondo estrena «Extraterrestre», su nueva y apocalíptica comedia
Si alguien pensaba que Nacho Vigalondo se apunta con su nueva película a la moda de extraterrestres, infectados y apocalipsis que inundan las pantallas de cine y televisión durante los últimos meses, es que no conoce muy bien el particular mundo del director. Este proyecto surge de la particular combinación de géneros que desde su primer largo, «Los cronocrímenes», se ha convertido en la marca de la casa Vigalondo: «La película es una comedia romántica pero sus giros están determinados por la presencia de un OVNI en Madrid. Espero que en las películas que me dejen realizar pueda contraponer dinámicas emocionales reconocibles en entornos que aparentemente hablan de otro tipo de historias. Es una de las cosas que me gustaría hacer toda mi vida», explica el director.
Escenario apocalíptico
Una mañana de resaca, dos jóvenes se dan cuenta de que sobre ellos planea una invasión alienígena. En escena aparecerán sólo dos personajes más: el novio de ella y un vecino obsesionado con el personaje de Michelle Jenner, a la que todos desean. «Ellos están completamente al margen de que el mundo puede estar a punto de terminarse. No existe ninguna conversación en la que se planteen lo que va a pasar», dice Vigalondo.
Si al director no le preocupa reflexionar sobre el fin del mundo, que se convierte en un mero escenario propulsor de cambios, ¿qué le interesa a Vigalondo? Pues, precisamente, eso que tantas veces echamos de menos en las cintas de ciencia ficción: personajes verosímiles con sus luces y sombras: «Me siento muy cómodo hablando de cosas tan humanas como son el deseo, la culpa y la envidia en entornos inhumanos como una invasión alienígena o una máquina del tiempo. Me interesa que los personajes sean culpables: no me interesa enfrentar a buenos contra malos. Quiero reflejar cómo todos encerramos a un bueno y a un malo».
Ciencia ficción «low cost»
Vigalondo no es el único consciente de que para hacer una buena película de ciencia-ficción es necesario contar con un presupuesto con muchos ceros. Greg Mottola y los guionistas británicos Simon Pegg y Nick Frost dieron también con la fórmula «low cost» de este género en «Paul» (en la imagen de abajo»), una especie de «road movie» de 2011 en la que dos fans de los cómics se encuentran con un alienígena con el que vivirán toda clase de aventuras. «Una producción pequeña como la de "Extraterrestre"te abre la puerta a otras posibilidades. Aunque a priori no lo parezca, puede generar golpes de efecto muy interesantes», explica Vigalondo, que reconoce que, por otra parte, «con la tecnología existente hace apenas unos años, no hubiera podido realizar esta película como lo hice».
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