Andalucía
Erasmus tiesus por Lucas HAURIE
Los alumnos andaluces que se beneficiaron (es un decir) del programa Erasmus durante el curso pasado no han cobrado aún sus becas. Lo harán, si tienen suerte, en octubre, cuatro meses después de repatriarse. O sea, que por culpa de la imprevisión de tesorería de la Junta sólo los estudiantes con padres ricos han podido salir a formarse en el extranjero, cuestión fundamental, ahora que ninguna universidad española figura entre las quinientas más prestigiadas del mundo. Porque, ¿cómo es posible mantenerse en Lieja o en Bolonia sin la ayuda familiar cuando el Estado no es capaz de librar los fondos comprometidos? Ahora vendrán con el cuento de la igualdad de oportunidades. Eso sí, ninguno de los rectores de las seis docenas de universidades públicas que hay en Andalucía, prácticamente una en cada barrio, se ha bajado del coche oficial ni ha renunciado al ejército de secretarias personales de que dispone, algunos de los muchos privilegios que hacen literalmente alucinar a sus colegas europeos. El rector de Heidelberg o de Montpellier, por citar a dos emblemas, vive como un pordiosero si lo comparamos con el de Jaén o el de Huelva: van al trabajo en su automóvil, no disponen de una Visa Gañote para gastos de representación… y tienen la costumbre de atender las necesidades de su alumnado. De donde se deduce que son unos tontitos ilusos que no han aprendido a valorar las cosas buenas de la vida, al contrario que los listos de aquí.
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