Réquiem por Austin

Este artículo podía haberse llamado también «Morir en Madrid». Pero eso suena a Guerra Civil. O «Réquiem por un sueño», pero el título me lo pisó Darren Aronofsky. De lo que no cabe duda es de que se trata de una columna luctuosa, fúnebre, o simplemente triste. Porque un joven norteamericano de 22 años ha perdido la vida, en Madrid, frente a las Vistillas, ahogado en el Manzanares. La familia Taylor estuvo ahorrando en San Diego durante tres años para que Austin pudiese venir a estudiar a una Universidad de Madrid. ¿Le atrajo la Universidad o la «movida madrileña»? El último «post» de su blog sugiere que quería «divertirse en Madrid». Murió en los aledaños de una discoteca. Con unas copas de más que, probablemente, le hicieron caerse al río en el que se ahogó. Nuestros jóvenes pierden la vida de madrugada. Solos como Austin, o a manos de matones como Álvaro Ussía. Símbolos de un tiempo en el que la principal diversión de nuestra juventud es «quemar» la noche. Porque si no les dejan, queman la ciudad, como ocurrió en Pozuelo hace dos años. Toda una vida a cambio de unas copas y de no dormir. Crónica de una muerte absurda.