Francia
Los etarras de la «tregua» tiraron a matar a los gendarmes franceses
Tiró a matar. En el cristal delantero del coche de la Gendarmería que perseguía a los etarras Iciar Moreno y Oier Gómez se aprecian tres impactos de bala efectuados por este último. Uno de los disparos hirió de gravedad en un hombro a uno de los agentes, que fue operado y se encuentra fuera de peligro.
Las sospechas de que la banda utiliza el alto el fuego para reorganizar sus estructuras en Francia quedaban confirmadas. La supuesta voluntad de apostar por las «vías políticas» es un engaño para que sus candidatos puedan estar en las elecciones de mayo.
Lo ocurrido en la tarde del sábado en la localidad de Valliere, que tuvo un final feliz en la mañana de ayer domingo al ser arrestados los dos pistoleros, reviste la gravedad de cualquier acción criminal. Pero en este caso deja en evidencia el gigantesco montaje político-mediático que la banda y su entramado han organizado de cara a los comicios municipales.
Gómez y Moreno, según fuentes antiterroristas consultadas por LA RAZÓN, pertenecían al «aparato militar». El hecho de que uno de ellos disparara contra los gendarmes no se puede atribuir a una decisión personal, locura transitoria o inexperiencia. Todo lo contrario. Responde al ambiente que se vive en el seno de la banda, cuyos militantes saben que existe voluntad de continuidad.
Los investigadores franceses y españoles tratan de determinar qué es lo que hacían ambos pistoleros en la zona de Valliere, en el centro de Francia, el pasado sábado. Los movimientos que realizaron hasta ayer domingo, cuando fueron capturados, hacen sospechar que disponían de un «zulo» (escondite) o vivienda en el que tenían algo realmente importante, que no querían que cayera en manos de las Fuerzas de Seguridad.
Tras saltarse, a las cinco de la tarde del sábado, el control de la Gendarmería y disparar contra el coche policial, emprendieron la huida hacia Sornac, donde se toparon con otro control que lograron sobrepasar a tiros. A continuación, se dirigieron a Meymac, donde abandonaron el vehículo y se adentraron en el monte. Tal y como se explica en el gráfico que se publica en esta misma página, Gómez y Moreno caminaron unos 20 kilómetros por la noche para volver a la zona en la que habían tenido el primer incidente y fueron arrestados en Croze.
¿Qué era tan importante para adoptar una decisión tan arriesgada? La publicación de las fotografías de los terroristas en la prensa local, una práctica habitual en Francia, permitirá, en pocas horas, saber si tenían alguna vivienda en la zona. Su registro, si es que Gómez y Moreno no lograron pasar antes por ella para «limpiarla», permitirá obtener importantes pistas. Cabe la posibilidad de que contaran con algún «zulo» y volvieran sobre sus pasos, para dejar algún objeto en el escondite o comprobar que estaba bien camuflado.
ETA no tardará en hacer público un comunicado en el que dará su versión y, a lo sumo, dirá que no tenía intención de causar heridas al gendarme. En este caso, lo tiene complicado porque los tres impactos de bala en el cristal delantero no se pueden interpretar como disparos de advertencia.
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