Atenas
Julio Medem: «Yo hubiera sido presa fácil de Aspasia»
Profesión: cineasta y escritor.Nació: en 1958, en San Sebastián.Por qué está aquí: por su novela «Aspasia, amante de Atenas» (Espasa).
– «Aspasia, amante de Atenas». ¿De toda Atenas?
–Sobre todo de la persona más importante de Atenas: Pericles. Ella le hizo mejor persona. Y no le secundó cuando se lanzó a la guerra.
–Gran seductora. ¿A usted le sedujo por...?
–Era una gran mujer. Quise hacer una película sobre Pericles, y vi que lo más importante de su vida era la historia de amor con Aspasia.
–Así que no hizo la película, pero escribió la novela...
–Y me alegro de no haber hecho la película: este libro es mejor que la película que hubiera podido hacer.
–Ha escrito más de 800 páginas. Se habrá quedado a gusto...
–Eran más páginas, pero he cortado algo.
–En el metro veo a las mujeres leyendo libros gordos. ¿Sabe por qué se llevan tanto los tochos?
–Debe de ser por la novela histórica. Si algo te engancha, quieres que dure.
–Decía Plutarco de Aspasia que «tenía la capacidad de dirigir a su antojo a los principales hombres del Estado...»
–No tanto por el sexo como por su virtud de gran conversadora. Era una filósofa. También influía su belleza, naturalmente.
–Dicen que empleaba lo que ahora llaman «capital erótico» de la mujer.
–Sin duda. Fue formada en las artes amatorias. La combinación de inteligencia y belleza era explosiva. Yo hubiera sido presa fácil para ella.
–Cuentan que fundó una escuela para formar jóvenes cortesanas perfectas.
–Sí, de hetairas intelectuales, profesionales del amor, pero libres. Podían decir no al cliente que no les apeteciera.
–¿Hoy tendría éxito una escuela así?
–Creo que sí. Salones de ese tipo podrían ser hoy muy atractivos.
–Fíjese: delicias eróticas mientras te explican lo de la caverna de Platón...
–Es una buena fantasía. Pocas cosas puede haber mejores.
–¿Quién sería la Aspasia de hoy?
–No veo un personaje comparable. Tampoco veo un Pericles.
–No sé si, al final, usted se enamoró de Aspasia...
–Puede ser que sí. He sentido mucho a través de ella.
–¿Y cómo se lo ha tomado su mujer?
–Muy bien. Ha tenido mucha paciencia.
–Porque sabía que la otra murió hace más de 2.000 años...
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