Alicante

Pepa Roma un premio Azorín viajero

La obra «Indian Express» narra la amistad de dos mujeres durante 40 años

Pepa Roma
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Una novela sólo es una experiencia tamizada. Una vivencia camuflada bajo un cendal de palabras que permitan recrear y combinar la realidad con la imaginación en las proporciones que el autor crea oportunas. Pepa Roma ha viajado en diferentes ocasiones a la India. Del conocimiento de ese país, y de todas las culturas que residen en su interior, extrajo una mirada nueva que ha impregnado las páginas de su literatura.

El Premio Azorín de Novela 2011, al que se han presentado este año 94 manuscritos y de los que se seleccionaron diez títulos finales, recayó ayer en esta escritora, forjada y formada en el periodismo. La obra, que mantiene el mismo nombre que tenía antes de abrirse la plica, se titula «Indian Express» –la escritora optó por presentarse con el seudónimo de Rosalía Alós–. La historia se centra en la amistad que durante cuarenta años ha unido a dos amigas. En un momento decisivo de sus vidas, ambas deciden emprender un viaje a la India.

La escritora, una experta en analizar y aproximarse a las interioridades, como demuestra su libro «La trastienda del escritor. Una vocación y un oficio», en el que se acercaba a los escritores y ahonda en la génesis interna que se desencadena dentro de un creador cuando se enfrenta a la página en blanco, se vuelve a adentrar en las transformaciones y la evolución que las personas sufren cuando afrontan una experiencia nueva. Con anterioridad ya había abordado este tema. En su novela «Mandala», dividida en cuatro capítulos relacionados con ritos sagrados, ya había presentado a un personaje con tintes biográficos, aunque ella negara que el personaje fuera ella.

El Premio, dotado con 68.000 euros, fue entregado en una gala celebrada anoche en la nueva perla arquitectónica de Alicante, el Auditorio de la Diputación. El presidente de la Diputación, José Joaquín Ripoll, y el director de Librerías del Grupo Planeta, Jesús Badenes, presidieron el evento y quienes en sus palabras felicitaron a la ganadora.

Ripoll mostró su satisfacción por el prestigio alcanzado por este certamen literario y agradeció la «lealtad» con este premio de los escritores ganadores de anteriores ediciones.

Destacó asimismo la «madurez» demostrada por el Premio Azorín durante sus 35 convocatorias y resaltó la recuperación de la tradición de celebrar el fallo el primer jueves de marzo. «Y, por supuesto, todo realzado por este nuevo marco como es el Auditorio»

Jesús Badenes subrayó la colaboración entre la Corporación provincial alicantina y la Editorial Planeta, una unión que «se prolongará» en el tiempo en beneficio de la cultura, plasmada en este caso en un premio ya codiciado por los protagonistas de las letras.

Hay que señalar que la Diputación de Alicante y la Editorial Planeta llegaron a un acuerdo para prorrogar el convenio de concesión del Premio Azorín de Novela, por el que el citado galardón se fallará en la provincia alicantina durante los próximos tres años, hasta 2014, con posibilidad de ampliarlo hasta 2016.

La edición 2011 Azorín incluye, por primera vez, una cláusula que protege los derechos digitales de las obras a concurso, una iniciativa puesta en marcha con anterioridad en el Premio Planeta. Ésta es una cláusula técnica de protección de derechos que no impide que, en un futuro, se digitalicen las obras, algo que queda a criterio del editor.

En cualquier caso, la digitalización de los trabajos presentados al certamen es una posibilidad más que razonable, aunque el aspecto legal citado no implica un compromiso explícito para la distribución en formato digital de los trabajos a concurso.


Promoción de la cultura
Como es natural, Pepa Roma expresó su satisfacción por la concesión del Premio Azorín de Novela, que resaltaba aún más por el gran nivel de los escritores que habían presentado sus obras. Se refirió también a la importancia que tenía para la cultura la convocatoria de concursos como éste. Tuvo palabras sobre sus intenciones en la novela, que trataba de reflejar la grandeza de valores como la amistad y vivencias en lugares de gran atracción social y cultural. «Gracias a todos».