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El PSOE se enfrenta a su catarsis
Comienza la carrera hacia esa catarsis socialista tan reclamada por ellos mismos después de la debacle del 20-N. Una catarsis que entonces se perfilaba como el excelso resurgir de un partido aniquilado y que hoy se ha diluido en la lucha de dos egos que por fin lucharán cara a cara. Carme Chacón, «la niña de Felipe», presenta sus credenciales para dirigir el partido ante el candidato antes conocido como «Alfredo P.»
MADRID- Una era pintada como el delfín de Zapatero hasta que éste posó su dedo sobre Rubalcaba para enfrentarse a Rajoy. La ex ministra de Defensa se quitó de en medio, confiada de que los acontecimientos pondrían en valor su paso atrás. Esos acontecimientos no serían más que la constatación de que el que debía evitar la apabullante victoria del PP no lo conseguiría y su aspiración a ser el líder del PSOE quedaría deslegitimada por las urnas. Rubalcaba se dio el gran batacazo, como era de esperar, pero no se rindió y llega a la lucha herido pero no muerto frente a una Chacón que despierta tantas adhesiones como rechazos.
Lo cierto es que mientras los dos ponen a prueba sus fuerzas y egos, el PSOE llega al Comité Federal de mañana partido por la mitad y tratando de aclarar si ahora debe ser primero la gallina o el huevo, el líder o las ideas. Será el primer paso de la batalla que tendrá su último y definitivo asalto en el Congreso Federal de febrero. Allí, y a la espera de terceros candidatos, surgirá el sucesor de Zapatero en la cabeza del socialismo español.
Pros y contras tienen ambos. Pero más que el programa en el que se escuden, la importancia radica en lo que representa su figura. Ambos se han esforzado, después del «dedazo» previo a las elecciones, en ser más puros en su socialismo que el otro, en lanzar el mensaje de que ellos encarnan la resurreción del partido, en mostrarse más demócratas que su oponente. Tanto es así que uno y otro han ofrecido un partido socialista abierto no sólo a los militantes, también a los simpatizantes, más democrático en la elección de sus líderes, más exigente con quienes lo encabecen. Es decir, hacer realidad todo aquello de lo que siempre han presumido.
Aunque ambos hayan compartido responsabilidades en la desastrosa gestión del último Gobierno, Chacón se ofrece con la baza de pertenecer a la savia nueva del partido que podría encarnar la transición generacional real. En su debe, el orgullo mostrado por haber pertenecido al Ejecutivo más denostado por los españoles y su pertenencia a una federación socialista, la catalana, que despierta más que recelos en otras federaciones socialistas y que juega constantemente al soy PSOE pero no lo soy.
Rubalcaba por su parte tiene poco nuevo que ofrecer. Su experiencia le avala y le perjudica a partes iguales. Su hándicap principal, sin duda, que ha llevado al PSOE a los peores resultados de su historia en unas elecciones generales y que es, al fin y al cabo, vicerresponsable de la situación en la que está España. Sospechas añejas y no tan añejas, GAL y «Faisán», no le ayudan, como tampoco la multitud de enemigos que se ha granjeado dentro del partido a lo largo de muchos años de ser el perejil de todas las salsas. La vía creada por Zapatero desconfía de él y la vieja guardia tampoco arranca a aplaudir cada vez que le ve. Pero más sabe el diablo por viejo que por diablo. Sabe que los recelos sobre el socialismo catalán juegan a su favor y que Chacón, en sí misma, tampoco está exenta de enemigos. A su lado están Elena Valenciano, Diego López Garrido, Rafael Simancas y la nada desdeñable figura de Gaspar Zarrías, más por su pertenencia a la federación andaluza que por su propia figura.
Ambos candidatos intentan ganarse a marchas forzadas el voto de los militantes andaluces a sabiendas de que representa al 25 por ciento del total de afiliados. Rubalcaba no ha escatimado en mensajes de apoyo a esa federación. La ex ministra de Defensa, para contrarrestar y alejarse de su federación materna, ha elegido la pequeña localidad almeriense de Olula del Río –pueblo natal de su padre– para presentar hoy oficialmente su candidatura a la Secretaría General del PSOE. Convencida de que «está lista para encabezar un proyecto nuevo en el socialismo español», la ex ministra presentará un proyecto con el que quiere «levantar ya» al PSOE, «sin transiciones ni interregnos», rodeada de ex ministros como Caamaño, Moratinos, la «tránsfuga» Narbona o Juan Fernando López Aguilar. Asimismo, representantes de Izquierda Socialista mostrarán hoy su apoyo a la aspirante catalana. Según afirmó el ex diputado Antonio Pérez Tapias, Chacón reúne «más condiciones».
En febrero llegará la batalla final, y cuando salga el ganador, puede que el PSOE estalle en dos pedazos. Las luchas fratricidas de estos días han dejado una huella dolorosa. En el camino, la catarsis del socialismo puede virar hacia el cataclismo de un partido herido.
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