Mercado inmobiliario

El euríbor de julio sube al 2183 % y encarece las hipotecas 700 euros al año

El euríbor a doce meses, el indicador más utilizado en el cálculo de hipotecas, cerró hoy el mes de julio con una tasa mensual del 2,183 %, con lo que las cuotas de las hipotecas se incrementarán de media en 58 euros mensuales, 698 euros al año.

El euríbor de julio sube al 2,183 % y encarece las hipotecas 700 euros al año
El euríbor de julio sube al 2,183 % y encarece las hipotecas 700 euros al añolarazon

El euríbor repuntó este mes tras terminar junio con una media del 2,144 %, lo que significó entonces su primera caída anual.

Además, tras situarse hoy en tasa diaria en el 2,178 %, la media de julio supera a la que se alcanzó en el mismo mes de 2010, cuando fue del 1,373 %.

La tasa alcanzada hoy por el euríbor es la más alta desde enero de 2009, cuando se situó en el 2,622 %.

Durante este mes de julio, que el euríbor comenzó en el 2,172 %, la tasa más alta se registró el pasado día 8 cuando alcanzó el 2,201 % y la más baja el 19, en 2,169 %.

La tasa media de julio, que deberá ser confirmada por el Banco de España en los próximos días, pone de manifiesto que una hipoteca contratada hace un año por un importe medio de 150.000 euros y un plazo de amortización de 25 años que se revise en agosto, a la que se aplica la tasa del mes anterior, tendrá un coste adicional medio de 58 euros mensuales, es decir, casi 700 anuales.

Y es que una vez que se aplique el euríbor actual, la cuota de esa hipoteca media ascenderá a los 649,23 euros al mes, frente a los 591 de hace un año.

En agosto de 2008, el euríbor alcanzó la segunda cota mas alta de su historia, el 5,323%, y provocó aumentos en las cuotas de las hipotecas cercanos a los 900 euros anuales.

A partir de entonces el euríbor emprendió una evolución a la baja que lo situó en marzo de 2010 en el nivel más bajo de sus diez años de historia (1,215 %), un suelo del que se ha ido alejando a medida que los problemas de liquidez en el mercado se atenuaban y, sobre todo, una vez que el Banco Central Europeo (BCE) retomó en 2011 su tradicional política monetaria de contención de la inflación.