Criminalidad

Testigos en El Aaiún: «Ocultan a los muertos en fosas»

La confusión que reina en El Aaiún es total. Con las calles tomadas por las Fuerzas de Seguridad marroquíes, la libertad de movimientos de los saharauis es prácticamente nula.

El hermano de Babi Hamadi
El hermano de Babi Hamadilarazon

Madrid - Apenas se aventuran a salir para aprovisionarse de alimentos y vuelven rápidamente a casa porque corren el riesgo de ser detenidos o, en el mejor de los casos, intimidados. Así lo explica la activista Elghalia Djimi en conversación telefónica con LA RAZÓN. «Hasta ahora no podemos saber cuántos han muerto ni el número de desaparecidos. Tratamos de hacer listas, pero no podemos comunicarnos entre nosotros. El bloqueo es total y nos impide desplazarnos, pero es evidente que el número de muertos va a ser altísimo porque los civiles dormían en sus haimas cuando los marroquíes entraron en el campamento», asegura. Ella misma pudo hablar ayer con los padres de una de las primeras víctimas mortales de esta Intifada, un joven desaparecido desde el lunes. «Me han confirmado que han reconocido el cadáver de su hijo en la morgue del hospital militar. Aseguran que han podido ver los cuerpos de otros tres saharauis en la misma nevera», continúa.

El delegado del Frente Polisario en Madrid, Bucharaya Beyun, denunció a este periódico que Marruecos «ha cavado fosas comunes a las afueras de El Aaiún» para enterrar a los muertos de la represión.

Según Beyun, familias de saharauis que viven a diez kilómetros de la capital administrativa del Sáhara Occidental «vieron cómo agentes marroquíes abrían las fosas» en la zona que separa la ciudad del campamento de protesta desmantelado y en el que había cerca de 20.000 personas. El representante del Polisario cree que «la masacre tuvo lugar justo en ese lugar del desierto. Muchos de los que trataron de huir a pie aún no han vuelto a casa y nadie ha podido acercarse para ver qué ha pasado porque El Aaiún está sellado. Por eso creemos que los desaparecidos están en las fosas». Al menos siete niños de corta edad, de entre dos meses y siete años «fueron recogidos el lunes por la tarde por otras familias y aún no han sido reclamados por sus padres, que habrán sido detenidos o han perdido la vida».

Lo cierto es que el cerrojo informativo y el toque de queda impuesto por Rabat hacen imposible confirmar las acusaciones de los independentistas saharauis. La cifra oficial de desaparecidos que maneja el Polisario es de 159, y los detenidos rondarían los 2.000. «Es una limpieza étnica, quieren hacer desaparecer todo lo relacionado con lo saharaui. Por eso no quieren testigos, ni periodistas ni observadores, les dan igual las críticas con tal de lograr su objetivo. Cuando hayan limpiado todo, volverán a abrir las puertas», apunta este miembro del Polisario.

Elghalia Djimi ha sido testigo directo de los registros forzosos de las viviendas, que se siguen produciendo a diario: «Entran en las casas en busca de los jóvenes que participaron en las manifestaciones del lunes. Primero les dan una paliza y luego se los llevan detenidos». Igual que Bucharaya, esta ex presa política y compañera de celda de Aminatu Haidar cree que el objetivo es «acabar con la resistencia, quieren dar una lección a los jóvenes para que la próxima vez que quieran manifestarse se lo piensen dos veces. La amenaza del terror es enorme». También desde El Aaiún, Mohamed, activista de derechos humanos de 35 años, cuenta a este periódico que «no podemos investigar las muertes ni hablar entre nosotros, pero es muy probable que estén escondiendo los cuerpos en fosas comunes o lanzando los cadáveres al océano desde helicópteros. No sería la primera vez que lo hacen». Los saharauis contactados por este periódico coinciden en que nunca vieron tanta presencia policial en las rojizas calles de la capital de la ex colonia española. «Los marroquíes tienen instrucciones de matar a todo el que no cumpla sus órdenes», dice Mohamed, que hasta 2007 trabajaba como funcionario del Gobierno. Su participación en la Conferencia de Ginebra de 2007 le valió el despido y ahora se apaña como puede para dar de comer a su hija. Elghalia coincide en que «han venido agentes de todos los rincones de Marruecos». Pese a su larga militancia, nunca vio nada igual.


La familia exige una condena formal
Los familiares Babi Hamadi Buyema exigieron ayer desde Alicante que el Gobierno de España condene el «asesinato» del ciudadano español fallecido en El Aaiún. «El Gobierno no puede lamentar, tiene que condenar lo que ha sucedido», dijo Lahmad Moulud Ali, su hermano, quien opina que la muerte de éste podría haber sido «ordenada» por alguien y que debe esclarecerse qué ocurrió. Además, Ali exigió una investigación a fondo para conocer los detalles de la muerte de Babi Hamadi. «Por experiencia ya sabemos que Marruecos no lo hará», afirmó el letrado José Revert, miembro de la Asociación de Juristas por el Sáhara, y que acompañó a la familia. Revert asegura que valoran la posibilidad de llevar el caso hasta la Audiencia Nacional ampliando una querella interpuesta en 2006 ante la Audiencia Nacional por familiares de saharauis, por delitos de genocidio, torturas, detenciones ilegales y desapariciones.