El desafío de la comparsa etarra en Bilbao: homenaje a los presos «con gritos de honor»

MADRID- La Semana Grande de Bilbao volvió a contar en sus fiestas con los ya tradicionales homenajes a presos de ETA. Al margen del programa de fiestas del Ayuntamiento, las diferentes «txoznas» (casetas) tienen sus propios programas alternativos con sus conciertos, actividades, homenajes... Y un año más, la comparsa «Kaskagorri» –movimiento que aglutina a los jóvenes de Segi y que se identifican con la viñeta de Asterix y Obelix– volvió, como cada jueves de la Semana Grande bilbaína, de 00:15 a 00:45, a recordar a sus etarras encarcelados, miembros de la comparsa. En esta ocasión quisieron hacerlo de forma más «discreta», con el fin de evitar que la Justicia pudiera prohibir el acto de homenaje y por tanto, a diferencia de años anteriores, en esta ocasión decidieron no anunciarlo en el programa de fiestas. Sin embargo, la asociación Dignidad y Justicia ha tenido constancia de que el jueves se produjo el homenaje que todos los años dedica «Kaskagorri» a los presos. En esa ocasión, la comparsa, que se define como un «movimiento juvenil de Bilbao que trabaja por la cultura vasca», silenció su música para dejar paso al homenaje.
«Kaskagorri» dedicó en torno a diez minutos para nombrar, uno a uno, a los etarras encarcelados que pertenecen a su movimiento. A continuación, se profirieron consignas como «presoak etxerat amnistía osoa» (presos a casa amnistía general) y «Euskal presoak, euskal herrira» (presos vascos a casa). El homenaje a los presos de ETA finalizó con un «irrintxi», un grito vasco, desaforado, a pleno pulmón y a toda garganta, que dura varios segundos, y que los miembros de la izquierda abertzale emplean como grito de honor.
Ha quedado constancia de la celebración de dicho homenaje a través de pegatinas que aparecieron ese día por el recinto ferial, en las que se puede ver la caricatura de los 25 presos de ETA homenajeados, entre los que se encuentran los asesinos del fiscal jefe de Granada, Luis Portero, el médico Antonio Muñoz Cariñano o el del concejal del PP, José María Martín Carpena. En ella, junto con la convocatoria de «Kaskarrepresaliafuak» (represaliados de «Kaskagorri») el dibujo de Obelix tiene un bocadillo que dice «les queremos en las fiestas» mientras sujeta la silueta de un preso de ETA como forma de aglutinar a todos. En esta ocasión, la «txozna» de «Kaskagorri» estaba decorada con el nombre de pila de cada preso, junto con la cárcel donde están cumpliendo condena y el número de kilómetros que distancia de la comparsa a la prisión. Además, el nombre de cada chupito o «pócima mágica», lleva el nombre de cada preso de la banda terrorista como una manera de homenajearles.
Algo que, a juicio de Dignidad y Justicia, es más que suficiente para considerar que existe un delito de enaltecimiento del terrorismo. Pero en el informe de la Ertzaintza no se considera delito exhibir los nombres de terroristas. El presidente de Dignidad y Justicia, Daniel Portero, considera que deben ser el fiscal o el juez, y no la Policía autónoma, los que determinen si es delito o no.

Otras casetas, vigiladas
No sólo la comparsa «Kaskagorri» se encuentra en el punto de mira de la Justicia y de las propias víctimas del terrorismo. Y es que, la fiscal Carmen Monfort, que se encuentra de guardia esta semana, también tiene previsto solicitar al juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, que, en el caso de que existieran, ordene a los agentes de la Ertzaintza la retirada de las fotografías de presos etarras de la caseta de la comparsa «Txori Barrote» del recinto ferial de las fiestas de Bilbao y de otras que ensalcen a los reclusos.