Cataluña
Rajoy: «Nos va a votar mucha gente que votó al PSOE Y no se arrepentirán»
Su discurso suena ya más al de un candidato que al del jefe de la oposición. A Rajoy se le nota que está en su mejor momento, por mucho que se esfuerce en quitar relevancia a las encuestas. Más de dos horas de distendida conversación, que dan para diseccionar todos los problemas del actual momento político y para adelantar algunos de sus planes de gobierno.
–¿El Gobierno está gestionando bien lo que parece que es el principio del final de ETA?
–Lo más importante es mantener la política antiterrorista y mantenerla hasta el día en el que ETA anuncie que deja definitivamente las armas. Quien tiene que moverse es el que mata, no los ciudadanos de bien ni el Estado de Derecho. Hay una regla intocable, la de que no se negocia, porque negociar significa darles esperanzas a los terroristas y, de hecho, llevamos 40 años hablando de negociación y eso sólo ha beneficiado a ETA. Por tanto, no se negocia, no se pueden presentar a las elecciones de ninguna manera, y a los mediadores hay que decirles que no tienen nada que mediar.
–¿Teme que el PSOE pueda acabar teniendo la tentación de escuchar los cantos de sirena de esos mediadores?
–No me preocupa que el Gobierno tenga tentaciones, sino que caiga en ellas. Espero que no lo haga. Yo llevo dos años y medio apoyándole en esta materia y espero poder seguir haciéndolo.
–¿Se siente bien informado por el Gobierno de todo lo que está haciendo en relación con ETA y de todo lo que está pasando?
–Sí.
–Y si no tiene queja, ¿dónde encajan entonces las advertencias de Jaime Mayor Oreja sobre una nueva negociación?
–La posición de mi partido es la que le acabo de explicar.
–Cambiando de tercio, ¿también se sintió respaldado por el Gobierno en su visita a Melilla?
–Sí. El Gobierno emitió un comunicado diciendo que le parecía bien... Aunque también hubiera tenido su gracia que no le pareciera bien que el jefe de la oposición visitara una parte del territorio de España. Desde que soy presidente del PP he ido siete veces, y también viajé cuando estaba en el Gobierno. Mi obligación es conocer la realidad de cualquier rincón de España y eso incluye también las dos ciudades autónomas. A partir de ahí, estoy a favor de tener las mejores relaciones posibles con Marruecos y de trabajar en lo que nos une y no en lo que nos separa.
–¿Cuáles deben ser las bases para construir una relación de confianza con Rabat?
–Hay que exigir respeto y hay que hablar con claridad en muchos temas en los que nos podemos entender. Y no hay que incidir en aquellos en los que puede haber más diferencias.
–No incidir en lo que nos separa, ¿qué implica? ¿No protestar cuando nos meten el dedo en el ojo? ¿No hablar del Sahara?
–Yo no he dejado de ir a Melilla. Y allí he dicho lo que les acabo de decir a ustedes: que España y Marruecos tenemos mucho que ganar desde la cooperación y el entendimiento.
–Entonces, ¿cuáles son las líneas rojas?
–La defensa de los intereses y la integridad territorial de nuestro país y la voluntad firme de mantener unas buenas relaciones con nuestros vecinos.
–¿No quiere enfadar a Rabat por si gana las elecciones de 2012?
–Mi discurso es el mismo de siempre. En la cuestión del Sahara, por ejemplo, defiendo la posición de la ONU. Y, por otra parte, quiero que España tenga unas buenas relaciones con Marruecos.
–Otro escenario internacional delicado es Afganistán. ¿Hasta cuándo tendrá sentido que nuestras tropas sigan allí?
–Estamos con nuestros aliados participando en una operación que respaldan prácticamente todos los países que comparten los mismos valores. De ninguna manera podemos salir derrotados. En noviembre habrá una reunión de la OTAN y veremos qué estrategia se acuerda. Pero ya digo de antemano que para mí los objetivos son más importantes que los plazos.
–¿Quiere decir que no se dan las condiciones para poner en marcha un calendario de retirada?
–Nadie lo ha planteado.
–Obama sí.
–El presidente norteamericano ha hecho un anuncio que luego ha sido matizado por unos cuantos.
–¿Mejor los matices?
–Mejor los matices.
–Afganistán parece que se ha convertido en un tema incómodo en todos los países... Y aquí, ¿usted se siente cómodo con el debate identitario o prefiere eludirlo como dice el presidente?
–Yo prefiero hablar de los problemas que interesan a los ciudadanos. Zapatero parece pensar que el paro, la inmigración o el cierre de miles de pequeñas y medianas empresas no son asuntos importantes. Además, el tema del Estatuto ya está resuelto porque el Tribunal Constitucional ya se ha pronunciado.
–Quizás no esté tan resuelto porque Rodríguez Zapatero ha dicho que él se va a encargar de «llenar» el Estatuto.
–La palabra de Zapatero ya no tiene ningún valor. Dijo que aceptaría cualquier cosa que le llegase del Parlamento catalán, dijo que el Estatuto era plenamente constitucional y hasta dijo que lo modificaría en función de lo que dictaminase el Tribunal Constitucional. Ya he dicho que respeto y acato el fallo y me gustaría que todo el mundo hiciera lo mismo. Mucho mejor le iría a Cataluña si en vez de distraer la atención con esto se dedicasen más energías a buscar soluciones para los 700.000 parados que hay en la comunidad o para conseguir que Cataluña vuelva a ser un motor de la economía y recupere el sólido tejido empresarial que tenía hace unos años.
–¿Usted se siente a gusto cuando va a Cataluña o todavía percibe que al PP se le mira mal?
–Yo me encuentro muy bien en Cataluña. En las pasadas elecciones el PSOE organizó una campaña contra nosotros para aislarnos y aglutinar todo el voto, pero eso ya no funciona.
–Poniendo las luces largas, ¿diría que Cataluña está hoy más o menos encajada en España que hace unos años?
–Ése es uno de mis objetivos. Por supuesto que Cataluña tiene un enorme sentimiento identitario, con todas sus especificidades, pero no tiene sentido fuera de España.
–¿Pero cree que el tripartito ha contribuido a alejarla de España?
–Lo mejor que le puede pasar a Cataluña es que el tripartito deje el Gobierno.
–En esta campaña parece que estratégicamente ustedes van a poner en valor la bandera de España. ¿Y eso?
–Ponemos en valor las dos banderas, la española y la catalana. Es lo mismo que hemos hecho siempre. Creo que hay una minoría que fuerza unos debates que no son los que preocupan al ciudadano de a pie.
–El líder del PP en Badalona ha pedido mayor presión policial contra los gitanos que viven en esta localidad porque su situación es «peor» que en Francia. ¿Las expulsiones de Sarkozy marcan el camino de la política de inmigración en un contexto de crisis generalizada en el que ya no hay recursos para todo ni para todos?
–Primero de todo, no se puede expulsar a nadie por razones étnicas o religiosas. Pero sí hay que evitar asentamientos ilegales, y si alguien no está de acuerdo, que lo diga. También soy partidario de que quien esté en un país en una situación irregular, lo abandone. En inmigración es muy importante que haya una política común y debe imponerse el principio de que en todos los países miembros de la UE tienen que haber los mismos derechos y los mismos requisitos para tener una tarjeta de residente.
–¿El multiculturalismo ha sido un fracaso?
–Las leyes que se dan en un país responden a su historia, a su tradición, a su forma de ver la vida... Y obligan a los nacionales y a los extranjeros que vengan de fuera.
–¿Habrá pronto acuerdo entre el Partido Socialista y el Partido Popular sobre la pendiente renovación del Tribunal Constitucional?
–Yo así lo espero.
–¿Sobre la base de sus dos nombres propuestos, Enrique López y Francisco José Hernando, o retirando a López?
–Incluyendo esos dos nombres.
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