En Segovia

Los chicos están consternados. ¿Qué han hecho para que les caiga esa losa sobre sus poéticas y artísticas espaldas? Los chicos son tres. Miguel García, asturiano; Endika Berecibar, vasco, e Ibai Rivas, vasco también. El primero, voz y guitarra. El segundo, bajista y voz. El tercero, batería. Los tres sensibles poetas y músicos conforman el conjunto «Ardor de Estómago», muy apreciado por el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Segovia. El principal apoyo municipal que han encontrado estos tres románticos muchachos para editar sus canciones a costa del dinero de los segovianos es Javier Arranz, concejal de Juventud, un socialista futurista y tolerante, muy popular en Segovia en los ambientes culturales por su equilibrio y sabiduría. El señor alcalde de Segovia, el socialista Pedro Arahuetes, parece ser que se ha enterado del asunto por los periódicos, lo que da a entender de su celo, mimo y dedicación en el desempeño de su cargo.Los chicos han grabado una canción en un CD, editado por el Ayuntamiento de Segovia, en el que critican con la medida que se espera de ellos al Rey. Le llaman «hijo puta», «bastardo», «asesino» y alguna cosita más. «¡Madre mía, no entendemos nada!», ha manifestado Endika Berecibar al enterarse de la indignación y vergüenza que han sentido y expresado los segovianos al saber que con su dinero se había editado su bellísima canción. El Partido Popular, como siempre, ha sido el culpable. Ha denunciado al Ayuntamiento y al grupo poético musical, y ellos, los autores de la sinfónica crítica, se sienten víctimas de los enfrentamientos políticos. El alcalde se ha disculpado ante la Casa del Rey porque no se había enterado de nada. Algunos Arahuetes de toda la vida son así. Muy despistados. Y el concejal de Juventud, Javier Arranz, el editor del CD, «no se dio cuenta de la letra». Queda demostrado que editar una canción cualquiera subvencionada por el Ayuntamiento de Segovia es un chollo. El editor no se da cuenta ni de la música ni de la letra. Porque para el señor Arranz, oír la música y leer la letra equivale a «darse o no cuenta de ello». De asistir a un concierto sinfónico, su alcalde le preguntaría: «Javier, ¿te has dado cuenta de la música de Mozart?». Y el concejal de Juventud respondería de inmediato. «De la música sí me he dado cuenta, pero no de la letra, porque ahí no ha cantado nadie». Lo que se llama tener cultura y expresarla con sentimiento y síntesis.Y claro, los sublimes autores de los pequeños insultos al Rey se ven metidos en un rifirrafe político y están asustados. Ellos se han limitado a llamar al Rey «hijo puta», «bastardo», «asesino» y unas cuantas cositas más. «Nos han pillado en medio», han dicho los tres consternados hijos de puta y bastardos. (Me figuro, que si ellos pueden decirlo del Rey con notoria publicidad e injusticia, yo puedo decirlo de ellos por un mero capricho de la intuición).Pero en el fondo, aquí los culpables del asqueroso episodio son el alcalde de Segovia y su concejal de Juventud, que han tirado el dinero de los segovianos editando y apoyando semejante abyección birriosa. Y se tienen que ir. Por vagos, irresponsables o lo que es peor. Por pagar con dinero público a un bochornoso y estúpido conjunto que injuria al Rey, que también lo es de Segovia y de los segovianos.