EL ANÁLISIS: Suicidio a cámara lenta

- ¿Qué diferencia el régimen sirio de otros gobiernos derrocados en el mundo árabe?
––El movimiento de protesta es fuerte, pero no ha alcanzado el punto de masa crítica. Además, Al Asad gozaba de cierta popularidad, y muchos sirios temen que estas revueltas fragmenten el país. Sin embargo, la brutal represión ha dilapidado la credibilidad del régimen y ha ensombrecido las tímidas y tardías sugerencias de reforma. Para cuando Al Asad reconoció la necesidad de cambios, los manifestantes ya no estaban luchando por una reforma, sino buscando un cambio completo. Además, el régimen ya está en deuda con sus elementos más extremistas. Desesperado por sobrevivir, parece estar cavando su propia tumba.

- ¿Por qué la comunidad internacional se muestra tan cautelosa frente a la represión?
La cautela de occidente ha generado una frustración comprensible entre los manifestantes, pero la comunidad internacional ha tenido que adoptar esta actitud ante el temor de que la revolución se convierta en el caballo de Troya de los islamistas –a pesar de que los sirios han demostrado una notable resistencia a las tendencias sectarias–. En última instancia, es el juicio del pueblo sirio quien debe decidir su futuro: muchos desean derrocar el régimen, pero otros todavía tienen que llegar a esa conclusión. Y la determinación precoz de la comunidad internacional podría ser vista como una injerencia indebida.