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Turquía suspende las relaciones políticas y militares con Francia
Turquía ha anunciado este jueves la cancelación de todas las reuniones económicas, políticas y militares con Francia por la aprobación, por parte de la Asamblea Nacional francesa, de un proyecto de ley que criminaliza la negación de los genocidios, lo que incluye la matanza de armenios cometida por el Ejército turco-otomano en 1915.
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, ha afirmado que ese proyecto de ley es racista, discriminatorio y xenófobo y ha abierto una herida en la relación con Francia que será difícil de curar. Erdogan también ha indicado que Ankara va a prohibir el aterrizaje de aviones militares franceses y el atraque de barcos de guerra franceses en su territorio.
Una fuente oficial turca había informado poco antes de que Turquía había llamado a consultas a su embajador en Francia al enterarse del resultado de la votación realizada este jueves en la Cámara Baja del Parlamento francés.
El primer ministro turco había advertido esta semana al presidente francés, Nicolas Sarkozy, de que habría graves consecuencias si finalmente el texto, propuesto por 40 miembros del partido de Sarkozy, la Unión por un Movimiento Popular, se convierte en ley.
El proyecto se debatirá el año que viene en el Senado y sus impulsores esperan que se apruebe definitivamente antes de que el Parlamento cese sus actividades a finales de febrero, antes de las elecciones presidenciales.
Francia aprobó en 2001 una ley que reconoce como genocidio aquella matanza de armenios. En 2006, la Asamblea Nacional ya aprobó un proyecto de ley que criminalizaba la negación del genocidio armenio, pero el Senado lo rechazó el pasado mayo.
El contenido del nuevo texto prohíbe la negación de cualquier genocidio, una modificación con la que se intentó evitar que Turquía se ofendiese. Armenia mantiene que cerca de un millón y medio de armenios cristianos fueron asesinados en lo que ahora es el este de Turquía durante la Primera Guerra Mundial como parte de una campaña de genocidio ordenada por el Gobierno otomano.
Los distintos gobiernos que ha habido en Turquía y la gran mayoría de los turcos consideran que afirmar que lo que ocurrió en 1915 fue un genocidio es un insulto directo a su país. Ankara afirma que durante los enfrentamientos que hubo entonces, murieron muchas personas de ambos bandos.
El Gobierno francés ha insistido en que el proyecto de ley, que establece multas de 45.000 euros y un año de cárcel para quienes nieguen un genocidio, no es una iniciativa suya y que Turquía no puede imponer sanciones comerciales unilaterales.
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