Bruselas

Baja el apoyo a la secesión tras la firma del referéndum

Sólo uno de cada dos escoceses respalda la gestión del Salmond

LONDRES- A Alex Salmond le ha durado poco la sonrisa en la cara. El líder nacionalista escocés está muy metido en el papel de «Braveheart» del siglo XXI, pero la Escocia independiente con la que sueña se ajusta muy poco a la realidad que quiere el pueblo. Tan sólo el 30% de los escoceses apoya el sueño separatista, un cinco por ciento menos que en junio y un nueve por ciento menos si se compara con el pasado mes de enero.

La primera encuesta realizada después del histórico acuerdo del lunes –que daba luz verde al referéndum– no puede dejar un titular más claro: en la calle, los vecinos, los empresarios, los padres de familia no quieren romper por completo el cordón umbilical que les mantiene unidos a Londres desde hace 300 años.

Es en la capital británica donde se encuentra el Gobierno central, que a día de hoy sigue aportando seguridad a la mayoría de los habitantes de la cuarta nación que compone el país. En 2014, los escoceses están llamados a decidir su futuro en las urnas. Pero, si se celebrara hoy el polémico plebiscito, el 58% tiene claro que no quiere un futuro sin libra y sin un asiento seguro en Bruselas. El sondeo, publicado ayer por el rotativo «The Times», refleja que más de la mitad de la población está a favor de un Reino Unido sin particiones, un 3% más que en junio y un 8% más que en enero.

Las cifras no hicieron otra cosa que ensombrecer el primer día del congreso anual que celebra el Partido Nacionalista Escocés (SNP). Salmond quería presentarse ante sus filas como el gran héroe. «El sinsentido acabará finalmente en 2014», dijo. Pero la puesta en escena no contaba con un sondeo que, además de echar por tierra sus ilusiones, muestra que sólo el 50% de los escoceses está satisfecho con su trabajo como ministro principal, tres puntos menos que en junio y 25 puntos menos que a principios de año.

Por su parte, el «premier» británico, David Cameron, prometió una campaña positiva para salvar a la unión del país en la que espera que tomen parte todas las formaciones políticas, incluidas las de Irlanda del Norte.