Badajoz

Israel Lancho: «Asumo que me mirarán con un morbo especial»

Regresa mañana tras su cogida

El extremeño Israel Lancho se prueba el vestido diseñado por Montesinos que estrenará mañana
El extremeño Israel Lancho se prueba el vestido diseñado por Montesinos que estrenará mañanalarazon

Corneado el pasado San Isidro por un toro de Palha cuando realizaba la suerte suprema, Israel Lancho regresa mañana a Las Ventas tras una de las cogidas más fuertes de los últimos años en Madrid. –¿Qué recuerdos tiene de aquella tarde?–Veía que se me iba la tarde, la feria y la temporada entera, porque ni siquiera estaba contratado en Badajoz. Así que asumí el reto, se tenía que escribir de mí y se escribió. No es fácil declarar públicamente que iba a salir a hombros o por la puerta de la enfermería y cumplirlo.–¿Fueron los segundos más largos de su vida?–No, en ese momento. Con el tiempo, te das cuenta de ello. Al día siguiente, ya me sentía superviviente. Si no me ha matado éste, ya no me mata ninguno. –¿Sirvió ese «tabaco» para algo?–A mí me ha reforzado bastante. Me enseñó mucho no sólo para el toro, sino también para la vida. Ahora, lo veo todo de otra manera, valoro cosas que antes veía cotidianas e insignificantes. –¿Ha necesitado de un esfuerzo extra de mentalización para afrontar la tarde?–No por acordarme de la cogida en sí, si no porque sí asumo que la gente me vaya a mirar con un morbo especial. Para mí, una herida tiene que ser algo normal, de hecho, vendrán más. Después de un susto tan gordo, puse todo en una balanza y seguía teniendo claro que quiero ser torero. Lo que noto más es la presión del público, que te para y te dice que este año tiene que ser. Llego con mucha ilusión, como ha pasado las tres temporadas anteriores, ciñendo mi primer capote de paseo de la temporada en Madrid, pero era algo que ya sabía cuando acepté venir aquí, así que no debe ser una excusa. –¿Qué Madrid espera encontrarse enfrente?–Un Madrid justo que venga con ganas de verme, pero que no me regale nada. No quiero que me lo pongan más fácil que al resto, luego se vuelve en tu contra.–Es una habitual en el tendido de la Monumental, ¿qué le dice la gente cuando le reconoce?–Siento el cariño del público. Un aprecio especial. Antes me veían y los comentarios eran del tipo: «Mañana, ¿qué? Hay que arrimarse, ¿eh?». Desde el año pasado, van más encaminados a animarme, como si la gente hubiera captado que vengo muy de verdad, con lo que tengo. El respeto es mayor, sin duda.-Este año se anuncia con Los Bayones, un hierro menos áspero que Palha…-A priori, sí puede ser más dulce que una de las ganaderías duras que he lidiado aquí. No niego que debería humillar más y dejarte tener más temple, porque suelen ofrecer más nobleza, pero te tienes que poner delante igual y pasártelo por la barriga. Al fin y al cabo siguen siendo toros. –Estrenará un vestido que le ha confeccionado el diseñador Francis Montesinos. ¿De dónde brotó la idea?–Nos conocimos en una cena en la Pasarela Cibeles y surgió la ocurrencia. Me lo ofreció y, por mí, encantado. Es gris marengo en azabache con detalles en oro y plata, la originalidad es una flor que pone en sus diseños, «Besamemucho».