Serafín Marín: «Sólo quería reivindicar la Fiesta no provocar»

El torero de Montcada i Reixac Serafín Marín se alzó el pasado jueves como protagonista universal de la tarde al abrir el paseíllo en Las Ventas, en pleno corazón de la Feria de San Isidro, envuelto en una bandera catalana a modo de capote de paseo y una barretina en lugar de montera. Reivindicaba así Serafín la Fiesta en Cataluña, justo ahora que se celebra el debate en el Parlament. «Tuve muchas dudas de si hacerlo o no. No sabía cómo se lo iban a tomar. La semana anterior lo había hecho en Barcelona, pero era otra historia. Lo medité mucho y hasta el último instante no lo tuve claro», dice el torero. Y así fue, minutos antes de que el reloj marcara las siete y mientras sus compañeros se ataviaban el tradicional paseo de capote, cambió Serafín el orden y se puso la barretina y la senyera con un mensaje inscrito: «La libertad de no prohibir». «Me daba miedo cómo me recibieran, pero tiré para adelante, porque era el momento de defender lo nuestro y demostrar que se puede ser catalán por los cuatro costados, amante de la Fiesta y torero. En ningún momento cabía la idea de provocar». Marín fue el primero de los tres diestros en pisar el ruedo y la confusión llegó después por parte del público: «Al principio había un murmullo extraño, algunos pitos y yo creo que más tarde la gente entendió el gesto y aplaudió. Me quedé más tranquilo porque bastante tenía yo con los dos toros que me esperaban en toriles», concluye el diestro catalán.