Barcelona
Mas baja sueldos públicos y sube impuestos para cumplir el déficit
Hace un mes, el Govern de la Generalitat frenó la negociación de los presupuestos de 2012 con el pretexto de esquivar el «pim, pam, pum» electoral. Pero pasado el 20-N y tras constatar que CiU ha ganado las elecciones en Cataluña, Artur Mas ha tardado menos de 48 horas en avanzar las líneas maestras de su nuevo presupuesto.
BARCELONA- Subirá los impuestos, cobrará las recetas médicas y bajará el sueldo a los funcionarios para ahorrar 1.000 millones y cumplir con el objetivo de déficit del 1,3 por ciento que exige Europa.
Mas llevaba la corbata de las grandes ocasiones, la que lució el día de su investidura y en el debate televisivo de candidatos, para anunciar un nuevo paquete de medidas impopulares. Consciente de que la noticia despertaría más fobias que filias estudió al dedillo su puesta en escena. Primero recordó la «delicada» situación financiera que se encontró cuando accedió a la Generalitat, un déficit «monstruoso» del 4,2 por ciento, 8.352 millones de euros.
Luego se fue por los cerros de Úbeda para justificar los recortes que ha llevado a cabo en 2011. Habló de que Cataluña tiene que ser la «excepción» del caos que viven los países del sur de Europa, «una nación seria que forma parte del grupo que hace los deberes». Y alegó que los votos que CiU obtuvo el domingo, 1.014.263 –16 diputados–, avalan su «política de austeridad», aunque sólo representen al 13,6% de la población.
Antes de desgranar los ajustes que pretende tirar adelante en 2012, subrayó que para reducir el déficit tenía que buscar otras vías alternativas a los recortes para no cruzar las «líneas rojas» del mantenimiento del Estado de Bienestar. Y estas vías implican sacrificar los salarios públicos y que los ciudadanos sean corresponsables con el mantenimiento de los servicios públicos. Con perspicacia, Mas anunció primero los «sacrificios» que deberá hacer su equipo de Gobierno, luego los funcionarios y, finalmente, los ciudadanos.
Los altos cargos de la Generalitat tendrán que renunciar de nuevo a una paga extra. Predicarán con el ejemplo reduciendo su sueldo entre un 20 y un 25 por ciento en dos años. El resto de funcionarios –desde médicos, administrativos, hasta mossos d'esquadra– volverán a sufrir una rebaja salarial –en 2010 ya se les bajó un 5 por ciento el sueldo–. Mas no concretó cifras, porque antes quiere hablarlo con los sindicatos.
Aunque las medidas más polémicas son las que afectan al bolsillo del ciudadano. Subirá el canon del agua para hacer frente a la deuda de la Agencia Catalana del Agua; aumentará el precio de los billetes de transporte público y las tasas universitarias; y aplicará un nuevo recargo sobre el consumo de gasolina, del que se librarán transportistas, pescadores y agricultores. Pero la más controvertida es un peaje sanitario, el cobro por receta de medicamento, que Mas se negó a llamar copago, quizás porque durante la campaña lo rechazó.
Mas se ofreció al PP para pactar los presupuestos y el PP recogió el guante, aunque el president subrayara que de haber pacto fiscal no harían falta estos sacrificios.
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