«Invercara» por Ely del VALLE

Es difícil saber de qué material hay que tener la cara –quizá de cartón piedra, como las fallas que continúan sonriendo con una mueca inquietante mientras son devoradas por el fuego– para alardear de falta de ética ante un subordinado que se resiste a delinquir y alegar después que si uno carece de idénticos criterios, mejor que se dedique a otros menesteres. Claro que, según la ética particular de la tal Laura Gómiz, de profesión corte y confección de documentos, lo que se tercia seguramente es pedir a los «fachas» que le acaban de pillar metiendo la mano hasta el codo en informes públicos, que dejen de molestar y cierren la puerta al salir. En Invercaria, empresa en la que, por lo visto, el dedo ha sido el único baremo para que te soltaran unos milloncejos a cuenta del dinero de los andaluces, que de euros andan sobrados, intentan quitarse el muerto – la viva, más bien– de encima aduciendo que Gómiz, aunque sigue trabajando en la entidad, ya no es presidenta. Pues miren, la aclaración tranquiliza mucho, sobre todo cuando ya se habría encargado esta señora ligera de vergüenza torera de pringar al consejo de administración en pleno y, de paso, a la Junta de Andalucía que, total, por un escándalo más tampoco se va a venir abajo. El PP abogó durante su campaña electoral por que se pidieran responsabilidades no sólo políticas sino también judiciales a quienes despilfarraran el dinero de las administraciones. En este caso, si las grabaciones que se han publicado son tal cual parecen, estaremos hablando de algo más serio que de un derroche de los que por desgracia conocemos a manta. En ese caso espero ver de la tal Laura Gómiz para arriba dando explicaciones ante un juez. Los andaluces no se merecen menos, y ella, tampoco.