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Aprocom exige el mismo trato que se le da a Ikea para el pequeño comercio
Sevilla- La llegada de la segunda tienda de la multinacional Ikea a la provincia ha levantado todo tipo de comentarios, a favor y en contra, en todos los ámbitos de opinión de la ciudad. Un nuevo espacio para muebles de diseño bajo la divisa del «low cost» pone nerviosos de manera especial a los empresarios del sector, que ven en esta nueva tienda a un competidor con el que no pueden plantar batalla en la mayoría de los campos del comercio. La marca Ikea es un éxito asentado en la tienda de Castilleja de la Cuesta al igual que la abierta en Jerez de la Frontera en abril de 2010. Ambas, prácticamente, han aniquilado a sus competidores de la zona.
Ahora todo indica que en los terrenos de San Nicolás Oeste (en las cercanías del aeropuerto de San Pablo), en el otro extremo de Sevilla, las máquinas comenzarán los trabajos en breve una vez que la polémica por la remodelación del PGOU se ha superado. Una de las obras que habrá que realizar será la construcción del tramo de tres kilómetros de la circunvalación urbana SE-35, que conectará la avenida de Emilio Lemos con esos terrenos y cuyos trabajos de tramitación administrativa ya han sido iniciados por la Gerencia de Urbanismo. Se trata de una serie de «facilidades» con las que no cuentan el resto de empresarios del mueble, que ya han comenzado a levantar la voz ante esa falta de igualdad entre competidores.
En la Federación Provincial de Comerciantes de Sevilla (Aprocom) aseguran que la llegada de una nueva tienda de Ikea no tiene que suponer un elemento negativo para el resto de comercios porque eso redunda en un beneficio final para los consumidores, que son los que al fin y al cabo dinamizan el negocio. «Todo va a repercutir en la demanda», asegura Enrique Arias, vicepresidente de esta organización, quien cree que desde el Ayuntamiento se tienen que desarrollar, paralelamente a la obras de adecuación de la tienda de la multinacional sueca, otras que beneficien a los comerciantes de la ciudad. «No puede haber un trato de favor con unos y con otros no», asevera Arias, quien comenta que está claro que si no se dan estas medidas el perjudicado será «el pequeño empresario».
Uno de los puntales en los que Aprocom coloca el acento de sus críticas es en la creación de infraestructuras necesarias para no dejar aisladas algunas zonas comerciales que «no podrán competir con otras en las que los accesos y los aparcamientos sean mucho más fáciles». En este sentido, apuesta por que no se dejen zonas «olvidadas» mientras que en el caso de Ikea se les pueda ofrecer «todo». Como ejemplo, insiste en la mejora de medidas para facilitar la movilidad del tráfico en el centro y en otros lugares con una evidente impronta comercial, así como la construcción de las líneas 2 y 3 del metro. Un elemento dinamizador que restaría influencia a un proyecto que cuenta «con todos los apoyos desde el Gobierno municipal» al que se deberían sumar otras propuestas para que la competencia ante el gigante nórdico fuera más equilibrada.
Desde el Ayuntamiento ya han anunciado que el próximo mes de julio será la fecha en la que se iniciará la urbanización de los terrenos con la vista puesta en octubre de 2014. Momento en el que se quiere que esté en funcionamiento el nuevo complejo comercial. El delegado de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, se muestra optimista, ya que según los técnicos aún se está «en plazo» para poder abrir en ese momento, aunque desde Ikea anunciaron recientemente que el acuerdo no está todavía concluido y que quedan muchos flecos que cerrar aún. «No sólo se deben solucionar los accesos desde la SE-35, sino que quedan aspectos relacionados con el planeamiento, la gestión y la reurbanización interior, que se deben cumplir para asegurar que el proyecto es viable y plantearnos fechas», aseguran fuentes de la empresa que no quieren hablar de plazos hasta que no se haya cerrado el acuerdo.
Ante esta situación, el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, gobernado por el socialista Antonio Gutiérrez Limones, se ha mostrado dispuesto a dar todas las facilidades que necesita Ikea para llevar a cabo su proyecto. Una propuesta basada en la «absoluta lealtad» con las intenciones de la capital.
Silencio y miedo ante la llegada de los muebles suecos
La carretera de Málaga estaba muy lejos del novedoso centro comercial que Ikea montó hace unos años en Castilleja de la Cuesta. Pese a que las ventas se han resentido, su localización ha permitido que muchas de las tiendas situadas en dicho lugar hayan podido aguantar los precios de los suecos. Con la llegada de la segunda a esta zona de la ciudad, muchos empresarios han comenzado a sentir una seria preocupación ante una empresa con la que no pueden competir. De hecho, este «miedo» ha llegado a firmas punteras de la provincia que tienen copado el sector del mueble tanto en Sevilla como en otras partes de Andalucía. La situación es tal que incluso no quieren «ni hablar del asunto».
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