Hollywood
La era Schwarzenegger llega a su fin
Ganen demócratas o republicanos, las elecciones californianas de hoy 2 de noviembre serán el final de la etapa de Arnold Schwarzenegger como gobernador de un Estado asfixiado por las deudas y el desempleo.
La estrella de filmes como "Terminator"o "Conan"abandona el cargo después de agotar dos legislaturas, es decir, después de haber permanecido en el cargo el máximo tiempo posible de forma consecutiva. Pero se va con unos niveles de popularidad bajo mínimos.
Es un triste adiós para Schwarzenegger cuyo legado de siete años quedará marcado por una crisis económica que puso en evidencia las debilidades del rico Estado de California. El dirigente republicano, apodado "Governator", pasó de promover rebajas de impuestos en su primer período, a ganar con comodidad la reelección en 2006 con la promesa de otorgar atención sanitaria para todos.
Ahora, termina con el agua al cuello, adoptando drásticos recortes sociales y luchando por la supervivencia de un Estado en emergencia fiscal. Este es el panorama poco alentador con el que se encontrará su sucesor, el demócrata Jerry Brown o la republicana Meg Whitman, cuando jure su cargo en enero, fecha en la que concluirá el traspaso de poderes y Schwarzenegger se despedirá, al menos por el momento, de la política.
El veterano Brown, de 72 años, fiscal general del Estado y quien ya ocupó el puesto de Gobernador entre 1975 Y 1983 -justo después de Ronald Reagan- aventaja en alrededor de 10 puntos a Whitman en intención de voto, según recientes sondeos, después de una igualada campaña.
Las polémicas acusaciones de trato vejatorio de una mexicana que trabajó ilegalmente para Whitman en su casa durante 9 años, podrían haber sentenciado las opciones de triunfo de la republicana. Whitman, de 54 años, negó la versión de su ex empleada y aseguró que nunca supo que era una inmigrante ilegal, pero las encuestas indicaron cómo a raíz del incidente se disparó el apoyo a Brown entre el electorado latino.
Un duro revés para la ex ejecutiva de empresas como Disney, Hasbro o eBay, que llegó a convertirse en la mujer de negocios más poderosa de EEUU en 2004 y 2005, según la revista Fortune, y que ha echado el resto en esta campaña electoral. La aspirante a gobernadora invirtió 120 millones de dólares de su bolsillo para hacer llegar su mensaje a los votantes, mientras que su oponente gastó 1 millón de dólares propios.
La campaña, a menudo, subió de tono. El demócrata tuvo que pedir perdón públicamente a su rival después de que un miembro de su equipo calificara a Whitman como "puta". Pero matizó sus disculpas diciendo que ese insulto era menor que llamar "negro"a un afroamericano.
Más allá de estos desafortunados episodios y los anuncios electorales pagados por sus respectivas campañas para desacreditarse mutuamente, la batalla dialéctica entre Brown y Whitman ha girado en torno a las soluciones para sacar a California de la crisis y reducir unos niveles de paro por encima del 12 por ciento.
Brown, intervencionista, apuesta por un mayor papel de la administración pública para dinamizar la economía mientras que Whitman considera que la solución está en aplicar en la política las fórmulas de gestión del sector privado. Respecto a materias como la inmigración, Brown defiende una reforma federal que regule los procesos migratorios y establezca una vía para que los residentes en situación ilegal en EEUU puedan optar a la ciudadanía.
Whitman, por su parte, se ha mostrado implacable contra la inmigración ilegal y ha insistido en la necesidad de fortalecer las fronteras para cortar el flujo de entrada de personas indocumentadas desde México y perseguir a las empresas que se sospechen que contraten a personas sin papeles.
Ambos candidatos sí coincidieron en una cosa: distanciarse de Schwarzenegger, a quien han criticado abiertamente en sus discursos y cuya deteriorada imagen política parece eclipsar cualquier rédito electoral que pudiera suponer fotografiarse al lado del musculoso actor de Hollywood.
El aún gobernador, que accedió al cargo en 2003 en unos comicios anticipados contra el demócrata Gray Davis, solo cuenta con el respaldo del 20 por ciento de los electores, según los últimos datos de The Field Poll. Es un récord histórico únicamente igualado por Davis justo antes de la moción de censura que terminó por costarle el puesto.
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