Jubilación
La hucha
Acabamos la semana obsesionados por el pinganillo cuando lo que nos tendría que preocupar de verdad es la hucha. La encuesta de ayer de Antena 3 y Onda Cero dice que los españoles no están a favor de los recortes en el sistema de pensiones y menos de subir la edad de jubilación a los 67 años. Se considera una conquista social que conviene preservar. El problema es que nos estamos comiendo el dinero presupuestado para pagarlas y, al paso que vamos, con la reducción del superávit de la Seguridad Social en un 71,9 por ciento por la subida escandalosa del paro y la caída de las cotizaciones, en un año más habrá de-saparecido el dinero ahorrado en la hucha de Aznar y entonces el sistema de pensiones habrá entrado otra vez en números rojos y tendremos dificultades reales para sufragarlo. Algo que no es nuevo. En 1996, cuando el actual presidente de honor del PP llegó al Gobierno, se encontró con las arcas del Estado vacías y tuvo que pedir hasta tres créditos diferentes a los bancos para poder pagar la nómina de las pensiones. A partir de ese momento se enderezó la situación gracias a que empezó a crearse empleo, aumentaron las cotizaciones y el sistema comenzó a funcionar con tanta eficacia que muy pronto se pondría en superávit. En superávit lo cogió Zapatero y así ha estado mientras ha gobernado, hasta que este año ha sonado la señal de alarma al caer el 72 por ciento y situarse de manera milagrosa en un raquítico 0,2. O sea, que si las cosas siguen como van deberá recurrirse otra vez a la deuda u otro tipo de financiación para pagar las pensiones.
El sistema languidece no solo porque haya más pensionistas. Se cae fundamentalmente porque con más de cuatro millones de parados no hay suficientes cotizantes para mantenerlo. Aznar creó cuando gobernó el denominado Fondo de Reserva de la Seguridad Social (la popular «hucha»), donde metimos dinero durante los años de bonanza para hacer frente a las pensiones cuando nos vinieran mal dadas. Eso ha funcionado a la perfección, y hoy mantenemos a duras penas el superávit gracias a la hucha. El problema es que, al actual paso de destrucción de empleo y disminución de cotizantes, la hucha se va a quedar vacía.
Aquí viene la polémica. Los socialistas creen inevitable subir la edad de jubilación para así pagar a menos personas durante menos tiempo. El PP pone el acento en reactivar la economía para que empiece otra vez a crearse empleo y poner así el sistema en superávit.
Estoy con la segunda opción. Si no creamos empleo no nos va a servir ni tan siquiera subir la jubilación a los 67. La única solución real es meterse a fondo en la gobernación del país poniendo en marcha un plan serio para imitar a Alemania y hacer que esto funcione otra vez como de hecho funcionaba antes de que llegara Rodríguez Zapatero al poder.
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