OPINIÓN: Álvaro el otro seleccionador

Espíritu ganador y de sacrificio, compañerismo y humildad son los valores que pasea a gala nuestro seleccionador y de los que ha impreganado a la cantera del Real Madrid, de todos los chavales que pasaron por sus manos cuando la factoría «blanca» de él dependía. Vicente del Bosque es un hombre sereno, consecuente, cariñoso y poco dado a saltarse las normas. Pero ayer esto último lo dejó de lado, alteró el protocolo (eso sí, con permiso de todos) y permitó subir al autobús de homenaje a los campeones a su hijo Álvaro. Era una promesa que Del Bosque no podía incumplir.Todo surge hace unos meses cuando Álvaro le pide a su padre entrar en el vestuario de «La Roja». Vicente no accede, pero sí sucumbe al ruego de que si en Suráfrica la selección hacía un gran papel y eran recibidos por las calles, le dejara estar en la celebración con los jugadores.Los internacionales lo sabían. Por eso, cuando se encuentran con Álvaro en La Moncloa le dejan levantar la Copa y, además, Casillas le tiene preparada una camiseta con el número «12» y «Del Bosque» a la espalda. Hasta entonces, él llevaba una con el «6», pues Xavi es su jugador favorito. «No tiene mal gusto», ha reconocido alguna vez Del Bosque. Álvaro tiene síndrome de Down y dotes sobradas para ser el otro seleccionador. «Es el único que me discute las alineaciones, un fenómeno», declaró una vez Vicente. Ayer, Álvaro cumplió su sueño. Fue el jugador número 12 y fue un poco más feliz. O un mucho.