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Todo parece indicar que Bildu va a tener un resultado espectacular en estas elecciones, y en ello mucho han tenido que ver quienes permitieron que este nombre se conociera en toda España en tiempo récord. Hace apenas un mes confundíamos a Bildu con Sortu y poca gente podía discernir la diferencia entre una cosa y otra. Sin embargo, sus representantes no tuvieron dificultad alguna, como bien explica hoy aquí mismo Zuloaga, en encontrar financiación de las cajas y bancos vascos. La realidad es que, a la hora de dar dinero, nadie quiere tener problemas con ETA o sus entornos. Sólo así se explica esta prevención o generosidad espontánea hacia una coalición de la que, en principio, sólo formaban parte la EA moribunda de Garaicochea y la IU quemada de Madrazo.

Si Bildu no tuvo problema alguno para conseguir financiación es porque quienes daban esas partidas sabían que ahí había algo más que alkartasunos y batuos. Lo cual no hace más que redundar en la tesis de que, desde hace ya bastante tiempo, se conocía que Batasuna y ETA iban a entrar en las instituciones a través de Bildu. Desde entonces hemos perdido el tiempo y le hemos estado haciendo una propaganda formidable a esta coalición hiper-sospechosa. Y lo que es peor, inyectando dinero «cash» en sus proyectos delirantes. Con lo difícil que está hoy el crédito en España.