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La Razón
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La noticia de la condena a seis años de cárcel de José Luís Núñez, ex presidente del Barcelona, no es importante desde el punto de vista deportivo. Lo es socialmente dados los graves delitos por los que ha sido condenado. El caso, por cohecho activo y falsedad documental, es uno más en la vida económica española. La noticia deportiva estaba en Barcelona y en otro ex presidente, Joan Laporta. El club, por vez primera, demanda a un ex presidente, y directivos, por mandato de los socios. La reclamación: 47,6 millones de euros. Se trata del primer caso en que se reclama a los ex dirigentes los resultados económicos negativos, es decir, las deudas que dejaron, producto de su mala administración. Sobre ellos pesan los avales que firmaron cuando se hicieron cargo del club y que no han hecho efectivos. Con las sociedades anónimas la cuestión es compleja. Fue el caso del Valencia cuando se quiso reclamar responsabilidad civil al ex dirigente Juan Soler. En los cuatro clubes exentos de convertirse en sociedades anónimas, Barça, Madrid, Athletic y Osasuna, el procedimiento es menos complejo. Con el caso barcelonista se ha dado aviso para barcos pesqueros y navegación de cabotaje. Los presidentes están expuestos a que se exija la aplicación de la ley. Debe terminar el tiempo en que se van de rositas. Y, por supuesto, la ingeniería financiera que tapa agujeros. Posdata. Hay asambleas que aprueban temporadas con beneficios pese a que la deuda ha crecido.