Chile no hace aguas

Suele pasar que cuando uno quiere poner el dedo en una llaga propia le duele a toda la humanidad: «Ha resultado un tema muy universal, y eso que creía que estaba haciendo una película sobre una generación específica en Chile. Hay una identificación inmediata con la historia, pues todos los que hemos tenido una relación, hemos tenido un reencuentro», comenta desde Chile Matías Bize. La cámara del creador de «En la cama» sigue a Andrés (Santiago Cabrera) en su regreso desde Berlín, donde está establecido, hacia su Chile natal. Diez años de ausencia son muchos cuando aún quedan algunas puertas que cerrar.

La espera
El realizador se vale de la fiesta de cumpleaños de uno de sus amigos como coartada narrativa. Así enfocará hacia la muerte del amigo ausente, que, suponemos, tuvo mucho que ver con la marcha; el inexorable paso del tiempo que se digiere peor estando lejos y también el egoísmo del que regresa a casa pretendiendo que todo siga tal y como uno lo dejó. Evidentemente, los amigos siempre pueden esperar, pero no ocurre así con las historias amorosas. Beatriz, su ex, ha formado una familia y trata de no asomarse demasiado al balcón de la melancolía. En este cuerpo a cuerpo destacan las interpretaciones de Santiago Cabrera y Blanca Lewin.

Lleno de sutilezas
«Mis intérpretes tienen que echarse la película al hombro, por eso es fundamental el casting para mí, pues se enfrentan a papeles difíciles y llenos de sutilezas. Junto a Lewin ya había trabajado, es realmente talentosa. Cabrera es un actor chileno, pero vive en Canadá . Es un tremendo intérprete y ayudó mucho a su personaje, que, como él , ha emigrado», explica el director.

Para aquellos que acusan al director de haber tomado cierto distanciamiento de la trama, Bize responde que «no me parece una película fría. Por un lado, he intentado que fuera muy realista, la fiesta es muy de verdad y los espectadores se sienten "voyeurs"; por otro, siento que me gusta la emoción. Trabajamos para generar un vínculo con el espectador».

Los festivales, empezando por Venecia, han ido dando una palmadita tras otra en la espalda a este filme, por lo que el director se siente honrado y asegura que gracias a ellos ha conseguido levantar sus últimos proyectos, pero pone en un lugar destacado el Goya a la mejor película iberoamericana: «Es el mayor galardón que puede tener un filme en español», concluye.

El detalle
MIMADO POR ESPAÑA
Su anterior filme, «En la cama», no sólo tuvo buena acogida de público pese a lo pequeño y remoto del proyecto, sino que inspiró a nuestros creadores. Primero, llegó el estreno de la versión teatral dirigida por Tanzim Townsend y protagonizada por María Esteve y Roberto Sanmartín. Después, Julio Medem retomó la trama para filmar «Habitación en Roma» pero cambiando a los protagonista, pues no era una pareja heterosexual, sino dos mujeres. «Me encantó que un cineasta como él le diera su propio toque, ya que esa versión no tiene nada que ver con la mía y por eso me encanta», confiesa Bize.