Cinco años y medio de prisión para Munar

MADRID- La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Palma condenó ayer a la ex presidenta del Parlamento balear y de UM, María Antonia Munar, a cinco años y medio de prisión por los delitos de malversación continuada, prevaricación, fraude a la Administración y falsedad en documento oficial, en el marco del «caso Maquillaje», que investigaba un desvío de 240.000 euros públicos. Además, le condena a una multa de 54.000 euros por el delito de negociaciones prohibidas a funcionarios, así como a la inhabilitación especial para el empleo o cargo público por un periodo de dos años y medio.

Asimismo, condena a dos años y siete meses de cárcel al ex consejero de Turismo y también ex presidente uemita, Miquel Nadal, por los delitos de malversación de caudales públicos, prevaricación, fraude a la Administración y falsedad en documento oficial, así como a una multa de 36.000 euros por el delito de negociaciones prohibidas y a la inhabilitación absoluta durante cuatro años y medio.

Así, la Audiencia Provincial ha condenado a Munar a medio año menos de cárcel de lo que solicitaba la Fiscalía Anticorrupción, mientras que ha mantenido la petición para Nadal.
La reacción de la ex presidenta de Unió Mallorquina no se hizo esperar. Aseguró que no existe «ni una sola prueba» que la incrimine más allá del testimonio falso de otros condenados, y dijo que la sentencia dictada es «política y vulnera derechos constitucionales». En un comunicado, Munar anunciaba tras conocer el fallo que presentará un recurso ante el Tribunal Supremo y denunciaba que ha sido sometida a un proceso «plagado» de irregularidades donde la Fiscalía ha presionado «de forma intolerable» a imputados, incluso a testigos, «con la intención de corroborar sus tesis».

En su escrito, la ex presidenta del Parlament balear entiende que la sentencia «vulnera completamente» la presunción de inocencia y que está basada en «mentiras» de otros imputados, que primero dijeron una cosa y luego otra distinta con el único objetivo de «librarse» de la cárcel por delitos que cometieron, por los que se lucraron y que han sido probados, informa Efe.

«No solamente no se ha probado durante el juicio mi intervención en los hechos por los que he sido condenada, sino que además he sido obligada a probar mi inocencia a través de desvirtuar los testimonios acusatorios en mi contra», afirma la ex presidenta del Parlament balear.