Cataluña

Mas-Colell elogia la mediación del PP catalán entre Estado y Generalitat

Mas-Colell elogia la mediación del PP catalán entre Estado y Generalitat
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BARCELONA– Cuentan que Andreu Mas-Colell y Alicia Sánchez-Camacho se encontraron ayer a la salida del hemiciclo por casualidad y se preguntaron si iban a desayunar. Así que bajaron a la planta baja del Palau del Parlament y compartieron mesa en el bar durante una larga hora y media. Fuera o no por chiripa acabaron por escenificar a los ojos de la Prensa que la relación entre CiU y PP es cada vez más fluida. Al almuerzo también se incorporó el portavoz parlamentario del PP, Enric Millo, y así abordaron la amplia agenda que tienen en común, centrada en los presupuestos catalanes y en la relación entre Gobierno y Generalitat.

El conseller de Economía agradeció en especial el papel de mediador que está jugando el PP catalán para facilitar las relaciones entre ambas administraciones. Esta semana se visualizó en la entrevista que mantuvo el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, con Mas-Colell, la cual fue producto de la mediación de los populares catalanes.

La relación entre el Govern de CiU y el PP no es todo lo estable que los populares querrían, pero cada vez es más fructífera y, sobre todo, más visible. Ayer, por ejemplo, en la segunda jornada del pleno del Parlament se proyectó en dos votaciones. Primero, el PP facilitó la aprobación de la prórroga de los presupuestos de 2011 (los de 2012 se están tramitando) y luego salvó al propio Mas-Colell de dos reprobaciones impulsadas por ICV y C's por la retención del 100 por 100 del IRPF en las pagas extras de los funcionarios. Cabe decir que en ambas votaciones, CiU halló el respaldo pasivo de ERC, que se abstuvo.

A Mas-Colell se le atribuye un especial interés por entablar buenas relaciones con el PP. Fue de los que criticaron con más ímpetu la votación de CiU contraria a la investidura de Mariano Rajoy y de los que más empeño puso en que CiU diera apoyo al primer Real Decreto de ajustes del Gobierno. Desde entonces, la relación entre ambas fuerzas avanza, aunque el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se niega a conceder al PP catalán la condición de socio preferente.

Ayer, preguntado por su última alianza en el Parlament (el PP permitió anteayer al Govern que los presupuestos de 2012 superaran el primer trámite en el pleno), Mas respondió que es «lógico y normal». Según el president, el «duro ajuste» que planificó el Govern tenía una duración de dos años y, por tanto, lo normal era prolongar la colaboración con los populares.

Mas –que celebró una reunión de 45 minutos en el Palau de la Generalitat con el vicepresidente y comisario de la Competencia de la Comisión Europea, Joaquín Almunia– consideró que la reunión entre Mas-Colell y Sánchez-Camacho es «simplemente una consecuencia normal de lo que pasó ayer (por anteayer) en la votación».

La geometría variable
El president quiso restarle recorrido a su alianza con los populares porque confía en acercarse a otras fuerzas durante el resto de la Legislatura y no anclarse únicamente al PP. ERC, por ejemplo, hace contínuas señales de humo para hacer piña con CiU y dar alas al pacto fiscal y a la denominada «transición nacional».

Pero lo cierto es que, por el momento, el Govern de CiU tiene que entenderse con el Gobierno en muchos asuntos. La Generalitat aspira, de entrada, a cobrar los 759 millones de euros correspondientes a la disposición adicional tercera y también a ingresar los 1.450 millones correspondientes al fondo de competitividad. Para todo ello es conveniente que el Govern dé continuidad a su luna de miel con el PP.

De momento, el Ejecutivo de Mas tiene la necesidad de concretar con los populares el pacto de presupuestos de este año. Los populares exigen que el Govern rectifique la tasa turística y el copago sanitario, así como medidas para reactivar la economía y simplificar el sector público. Nadie duda de que Govern y PP acabarán alcanzando un acuerdo, pero faltan muchos detalles y, sobre todo, falta pactar la escenificación del pacto.

En el Govern impera la doctrina de no esconder las alianzas, pero tampoco la de anclarse a ninguna formación política. De hecho, la suerte del pacto fiscal puede significar un antes y un después en la legislatura, puesto que un fracaso daría alas, seguramente, a una deriva soberanista de la Generalitat.

 

Almunia avala los ajustes
El vicepresidente y comisario europeo de la Competencia, Joaquín Almunia, avaló ayer los «imprescindibles» ajustes que está llevando a cabo el Artur Mas en Cataluña para sanear sus cuentas, aunque también señaló que recuperación pasa por políticas de empleo. Mas y Almunia se reunieron en el Palau de la Generalitat, en un encuentro centrado en la situación económica de la zona euro y las perspectivas financieras. Pese a ser condición «sine qua non» para salir del pozo, las políticas de austeridad por sí solas no bastan: «Hace falta más que eso», avisó.