Valencia
Ética y estética
La transparencia es una de las cualidades que debe exhibir la Justicia. De esa forma queda eliminada toda sospecha. A veces no es cuestión de ética, sino de estética. Por eso tenían sentido las manifestaciones de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en uno de los puntos de su defensa al concejal de Urbanismo, Jorge Bellver, que ha sido procesado junto a cuatro funcionarios por aprobar las obras de un aparcamiento faltando el informe de Cultura.
Se refería a la anormalidad de que el juez que sigue la causa, en referencia a José Luis Albiñana, sea «quien en su momento, como miembro del PSOE, fue adversario político hasta el punto de llegar a ser con este partido presidente de la Generalitat en la preautonomía». No se trata de acusar al magistrado. Se trata de que, habiendo tantos jueces, no parece el más indicado quien ha tenido tanto tiempo a los populares en su mira política.
Como dice mi amigo Rogelio, en España la Justicia no está para bromas ni para descuidar sus comportamientos. Su imagen ante la sociedad es de las peores, según las encuestas.
Una cosa más, si Rita ha entrado con tanta contundencia y claridad en el asunto, es que se encuentra llena de argumentos. Así es la vida.
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