España
Censura al Gobierno
Las estadísticas del paro son la historia de un fracaso continuado del Gobierno socialista durante los últimos años. Cada Encuesta de Población Activa (EPA) conocida ha ido aparejada a una especie de liturgia en la que, tras el descalabro incesante del desempleo, el Ejecutivo anunciaba una mejoría en un horizonte próximo. Trimestre tras trimestre, las cifras respondían a los montajes de la Administración socialista para burlar la verdad.
La EPA del primer trimestre del año ha supuesto otro récord histórico negativo. El número de parados se incrementó en 213.500 personas, con lo que la tasa de desempleo aumentó hasta el 21,29% y el volumen total de parados marcó un nuevo récord al rozar los cinco millones, en concreto 4.910.200 personas. Hablamos de la cifra más elevada de la historia de España, al menos desde que existen registros oficiales (1976).
Agravada por el aumento de los precios en abril hasta el 3,8%, la radiografía laboral del país ofrece rasgos de tragedia social: los hogares con todos sus miembros en paro aumentaron en 58.000 y se situaron en 1.386.000, lo que repercutirá negativamente en el consumo, 2,1 millones de trabajadores llevan más de un año en paro y la ocupación cayó 256.500 empleos. Otro dato desalentador es que el ritmo de destrucción de puestos de trabajo ha sido superior al aumento del paro, lo que significa que la población activa no sólo no aumenta, sino que retrocede. Un mal síntoma que denota el desánimo de la ciudadanía, que ve imposible encontrar trabajo.
Aunque no pudo maquillar la dimensión histórica de las estadísticas en este primer trimestre, el Gobierno se aferró a su discurso: el paro ha tocado techo y continuarán las reformas. Ni una cosa ni la otra. Lejos de mejorar, la situación empeora con cifras de destrucción de empleo superiores, bajo un tímido crecimiento económico, a las registradas recién salidos de la recesión. En cuanto a las reformas, no han funcionado para impulsar el crecimiento ni para dinamizar el mercado de trabajo. La realidad es que no se han desarrollado políticas para reactivar la economía, porque el Gobierno sólo se ha centrado en el ajuste con el fin de salvar el rescate.
El balance de la gestión del Ejecutivo socialista es desolador. Heredó del PP un país con 2.181.546 parados y lo ha llevado hasta los casi cinco millones y a que se pierdan 2.844 puestos de trabajo al día. En los tres últimos años, por ejemplo, hay 3,1 millones de parados más y un millón más de hogares con todos sus integrantes desempleados. Y ello sin asumir una sola responsabilidad. Ha logrado casi la cuadratura del círculo al destruir empleo cuando casi era misión imposible con uno de cada cinco trabajadores en paro. Ha minado la confianza y la credibilidad de la que fue una economía próspera y saneada con Aznar. A su falta de capacidad le ha sucedido la resignación mientras que demasiadas familias malviven en la desesperación. Esos cinco millones de ciudadanos son la auténtica moción de censura contra un Gobierno que debería convocar elecciones ya si el interés general y el futuro de los españoles le importaran algo.
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