La única política cultural

Hace ahora cuatro años, durante este mismo puente de la Constitución, la Real Academia Española aprobó el cambio de sus estatutos para que el director pudiese permanecer en el cargo tres mandatos –de cuatro años cada uno– y no dos. No había un relevo claro y de paso Víctor García de la Concha podía culminar el ambicioso plan de ediciones que la RAE se había propuesto. Aunque con él la docta casa parecía abrirse a nombres con gran predicamento en la calle (periodistas influyentes y escritores de mucha venta), lo cierto es que ha cumplido con su tarea científica. Ahí está la edición de los tres grandes libros que sustenta la lengua: la Gramática, la Ortografía y, claro está, el Diccionario (ahora también en internet). Es posible que la única política cultural estable que España mantiene con Hispanoamérica se la de la RAE, que ha hecho de las 22 academias hispanoamericanas una sóla. De esto dan cuenta el «Diccionario panhispánico de dudas», el «Diccionario de americanismos», además de la «Nueva gramática». No es poco.