Actualidad
Pechos con carburante
Las prótesis PIP contenían una silicona que se usa para construir barcos y en la industria del caucho
MADRID- «Tienen aditivo de carburante, entre otros componentes», explicaba ayer RTL. La radio francesa aseguró contar con el testimonio de varios trabajadores de la fábrica de prótesis Poly Implant Prothèse (PIP). Conocer el contenido de estos implantes es una de las reclamaciones de las más de 300.000 mujeres afectadas en todo el mundo. Los veinte casos que se han registrado en Francia de mujeres portadoras de estas prótesis y que han desarrollado cáncer ha puesto en alerta a toda la sociedad francesa. De ahí que el testimonio de antiguos empleados de Jean-Claude Mas, el dueño de la firma francesa, hayan dado un paso al frente al confirmar a la emisora francesa, que las prótesis estaban compuestas por una mezcla de productos encargados a grandes grupos de química industrial que nunca se sometieron a pruebas clínicas para determinar cómo afectan a la salud. Una de estas compañías es Brenntag AG, una de las distribuidoras más conocidas. La propia empresa confirmó la noticia y aseguró que ya está trabajando en colaboración con el Gobierno francés: «Proporcionamos el producto y especificaciones sobre el mismo a PIP y estamos en contacto con las autoridades francesas», explicó a Reuters su portavoz, Hubertus Spethmann. La silicona que le suministró se llama «Baysilone» y se destina habitualmente a la construcción de barcos y en componentes electrónicos, entre otros varios usos industriales. El Silopren y el Rhodorsil, dos componentes más de la falsa silicona cohesitiva, se utilizan en la industria del caucho. Como explica la radio gala, estos materiales son los causantes del elevado índice de rupturas de los implantes.
Pero no sólo la comunidad gala está avanzando en la búsqueda de un culpable, en Gran Bretaña también están haciendo su propia labor de investigación. «Estoy preocupado e inquieto por la consistencia y calidad de los datos que se han aportado. Si hay alguna preocupación de seguridad, actuaremos», añadió el secretario de Sanidad británico, Andrew Lansley. Los primeros datos de su análisis elevan la tasa de rotura de las PIP: alcanzaría el 7 por ciento. Dos puntos por encima de lo que estima la Sanidad gala.
En España el escándalo también sacude a los distribuidores. El comercial que proporcionó las prótesis defectuosas en Valencia afirma a LA RAZÓN que «el negocio a decaído mucho». Además, insiste en su inocencia: «Desconozco su composición, cuando las recibo, ya han superado los controles de calidad». Eva Sanz, una de las afectadas por la estafa, refleja la indefensión que las rodea: «No sé a quién debo acudir y, si me las retiro, sería la cuarta vez que paso por el quirófano». Eva lleva dos años con una de las prótesis encapsuladas. «Me dicen que los rechazos los causo yo».
En primera persona
«Tenía mi implante izquierdo destrozado»
Rita de Martino se ha convertido en la voz de las miles de afectadas en Venezuela: ella es una de ellas. El pasado febrero, en una revisión rutinaria, descubrieron que «tenía mi implante izquierdo destrozado; se había roto en varios fragmentos». La operación duró dos horas, «la prótesis estaba impregnada de un líquido purulento», añade la joven.
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