Sevilla

Carmen Tello: «Mi amistad con Cayetana es puro cariño y pura lealtad»

En el Palacio de Dueñas, hoy será la madrina de la boda de una pareja por la que apostó desde el primer momento 

Carmen Tello: «Mi amistad con Cayetana es puro cariño y pura lealtad»
Carmen Tello: «Mi amistad con Cayetana es puro cariño y pura lealtad»larazon

Será la madrina de la boda del año. Amiga, confidente, compañera y cómplice en los momentos duros y buenos. Carmen Tello sabe lo que es tener al lado a la duquesa de Alba. Cuando se separó del Marqués de Valencina, Cayetana la apoyó pese a que Miguel Solís era hermano de su nuera. Una situación similar a los momentos conflictivos previos a su enlace con Curro Romero: la duquesa estuvo ahí. Una amistad sin contrapartidas en la que el respeto y la sinceridad están por encima de cualquier interés. En el momento de hacer esta entrevista, Carmen se hacía las últimas pruebas con los diseñadores Victorio y Lucchino, a la par que analizaba los últimos días de Cayetana antes de su enlace con Alfonso Díez.

–¿Cómo está la novia?

–Esta muy tranquila, pero creo que a medida que se acerque la fecha se irá poniendo más nerviosa, como cualquier novia. Es normal.

–Usted siempre ha apoyado su relación con Alfonso

–Yo la he apoyado siempre en todo. En cada una de sus decisiones, porque una amiga tiene que estar para lo bueno y para la malo. Igual que hizo conmigo en los momentos difíciles de mi vida. En otras ocasiones estuvo a mi lado y siempre quiso que supiera que contaba con ella para todo. Venía a casa, estaba conmigo... Siempre he tenido la suerte de tenerla a mi lado.

–¿Cuándo la conoció?

–Pues mi amistad se remonta a la época en la que comenzó el Rastrillo de Nuevo Futuro, hará como unos treinta años y fue cuando me la presentaron. Congeniamos desde el principio, porque siempre ha tenido una vitalidad muy grande, mucha juventud y ganas de vivir. Hasta ahora siempre he estado con ella, sobre todo, en Sevilla, porque desde que se casó con Jesús Aguirre comenzó a vivir más aquí.

–¿Por qué, de entre muchas de sus amistades, usted es la que cuenta con más confianza?¿Qué le aporta a la duquesa?

–Ella se ha dado cuenta de que mi amistad con ella es puro cariño, pura lealtad. Nunca me he beneficiado de nada de lo que a ella le rodea, sino que he sabido darle su sitio. Eso ha pasado a convertirse en una complicidad y confianza absolutas. Ha visto que yo he sido una persona totalmente desinteresada. Además, ella es muy andaluza de forma de ser y muy sevillana, por lo que tiene una gran debilidad por lo nuestro.

–¿Le sorprendió que Cayetana le propusiera ser la madrina?

–Me lo comunicaron y fue un gran honor, aunque el protagonismo lo tienen ellos. Fue Alfonso el que me lo dijo.

–¿Cómo es Alfonso?

–Es muy dinámico, muy activo, cariñoso y tiene los mismos gustos que ella. Ambos se llevan muy bien, por lo que es importantísimo este hombre.

–Todo el mundo conoce a la duquesa de Alba, aunque pocos a Cayetana.

–Desde hace un tiempo se ha profundizado mucho más en su persona. Es muy sencilla, alegre, disfruta con el cine, el teatro, la música o el arte, que le apasiona. Lo mejor es que no te complica nada. Cuando invitas a tu casa a alguien, lo normal es que te preocupes porque todo esté perfecto, pero con ella es muy fácil, ya que Cayetana disfruta con una cerveza normal o una tortilla de patatas y poco más. Es muy sencilla, inteligente y con un gran sentido del humor.

La mujer de un mito sevillano
Como la Giralda protegida por las Santas Justa y Rufina. Así se puede ver muchas veces a Carmen Tello, pero en lugar de estar escoltada por las dos mártires, lo hace por dos mitos vivientes de la Sevilla del siglo XX. Cayetana de Alba y Curro Romero. Aristocracia y toreo de una mano que es puente para la admiración de la Duquesa por el niño de la Andrea, que se hizo mito en la plaza de la que ella es maestrante. A Cayetana le pierde el toreo desde que viera por primera vez a Pepe Luis Vázquez (su primer amor) y siempre ha sido partidaria de Ordóñez, Julio Aparicio, Francisco Rivera y Cayetano, a quien sigue por todas las plazas en las que torea.