Familia

Marta Sánchez: «La separación ha sido dura y lo sigue siendo»

Es el vivo retrato de la felicidad y lo reconoce. La sonrisa no se desdibuja de su rostro, sólo cuando sorprende a algún fotógrafo que pretende retratarla mientras contesta a nuestras preguntas.

Marta Sánchez acudió a Fitur como imagen de Turquía
Marta Sánchez acudió a Fitur como imagen de Turquíalarazon

Dice que no le importa posar, pero todo a su tiempo, ya que le horroriza que la pillen in fraganti por eso de salir inmortalizada con gestos extraños, sea en España o en Turquía, de donde Marta Sánchez fue imagen en Fitur. «Me encantan los sonidos de las calles, el clima y su gastronomía.

Me gusta tanto un kebab como un cocido», señala mientras degusta un dulce típico. A pesar de que intentaba desviar la conversación hacia el placer de viajar, y de esto ella sabe mucho, ya que acaba de celebrar sus bodas de plata en el mundo de la música, años que le han llevado de gira por medio planeta, aprovechamos la ocasión para preguntarle por su novio, Hugo Castejón: «Siempre es mejor tener un buen compañero de aventuras a tu lado, claro que sí», confiesa.

Cambio de vida

Su relación con los «paparazzi» era bastante tranquila hasta que sorprendió con su separación de Jesús Cabanas, su marido durante casi ocho años, y se dejó ver feliz junto al economista: «Durante los primeros días de la relación he llegado a tener hasta cuatro coches en la puerta, era una auténtica locura», sentencia. Una situación a la que ella está acostumbrada, pero que quiere evitar por su hija Paula, de siete años: «La niña está muy bien, tranquila. Asume bien el momento tan complicado que le ha tocado vivir a causa de nuestra separación, porque es muy lista. Estoy orgullosa de ella».

Es feliz junto a Castejón, sin embargo, dice, es pronto para formalizar la situación. En cuanto a ser madre de nuevo, no se lo plantea: «Con mi edad me cuesta imaginármelo». ¿Y adoptar? «No lo he pensado», asegura tajante.

Sobre su ex esposo, le cuesta hablar, porque una separación siempre es dura «y lo sigue siendo, es normal. Algunas cosas no están superadas y ahí están los sentimientos. Sólo han pasado seis meses. En nuestro caso, nos ha costado, pero las cosas ya vuelven a su cauce, porque somos gente civilizada», reconoce al tiempo que deja claro que su relación con Cabanas es la justa y necesaria: «Sobre todo, porque tenemos una hija en común y no nos queda más remedio».