Bruselas

Lección de economía por Martín Prieto

Ha sido una semana en la que hemos vivido peligrosamente. No sabíamos cuál iba a ser nuestro futuro. Eso sí, nunca las grandes potencias nos han mirado desde tan cerca. No somos tan poca cosa

Lección de economía por Martín Prieto
Lección de economía por Martín Prietolarazon

Varias universidades estadounidenses coincidieron en su día en que una lectura atenta durante un año de «The New York Times» equivalía a un grado universitario. Desde hace cuatro años los españoles estamos sometidos a un estudio intensivo de macroeconomía global, tipos de intereses, bonos, primas de riesgo, deuda privada y soberana, redujeron de caballo del déficit, y hemos llegado al éxtasis en que la cultura es lo que queda cuando todo se ha olvidado. A mayor abundamiento, la economía no es una ciencia exacta y hasta pretende predecir el porvenir, con lo que todos quedamos con la cabeza caliente y los pies fríos. El pasado lunes11creíamos tener acoplada la mascarilla de oxígeno y subió la Bolsa y bajó el índice de riesgo, pero a media mañana todo se derrumbó como un andamio mal sujeto.
Va a ser que los mercados son sabios porque Bruselas quería saber cuánto íbamos a tomar de los cien mil millones ofrecidos y no estaba claro que el interés del préstamo fuera del 3-4% y el pago a 15 años con 5 de carencia. Y quedaba en la bruma si el manguerazo le llegaba al FROB (con el consiguiente incremento de nuestra deuda) o directamente a los bancos desde las instituciones europeas, ignorándose quiénes iban a ser acreedores primarios y secundarios. Ni después del G-20 mexicano se han puesto en el papel cuestiones tan capitales ni el Gobierno español ha pedido oficialmente esta ayuda financiera a la espera de la calificación de las auditorías externas como si el Banco de España no supiera del estado de nuestras finanzas, cosa más que posible.

Es lamentable aceptarlo, pero los mercados tienen razones para la desconfianza, aunque sigue siendo economía-ficción que un país como España tenga que comprar el dinero al 7%. Y eso haciendo los deberes rigurosamente, aunque de nosotros todavía esperan que subamos el IVA, cerremos bancos y recortemos el sueldo a los funcionarios. Eso se llamaría «el trato griego». El FMI emplaza a tres meses la crisis de la eurozona y el propio presidente Obama pide celeridad en cerrar la partida española. La UE es un quelonio continental y no se le pueden pedir prisas a una tortuga por grande que sea. La multitud de mecanismos europeos que hay que acordar permiten que la muy poderosa Angela Merkel se empecine en su política de recortes a hachazos. Aparte de contentar a unos alemanes bastante hartos y de huir de la inflación por el recuerdo subliminal de la República de Weimar, ha vivido el comunismo, aprendió ruso, cursó Físicas, que es una disciplina ruda, es hija de un pastor y practica un protestantismo puritano que la hace inflexible. Es peor como amiga que como adversaria. Con la prima y el bono en ascensor, subiendo y bajando, tenemos asegurado el mareo de la perdiz.

Las franquicias de ETA

El Tribunal Constitucional fue el sueño de la razón de algunos padres de la patria que redactaron la Constitución. El Constitucional ha cogido la mala costumbre de convertirse en Sala de casación del Tribunal Supremo y desautorizarle cada vez que la galaxia de ETA roza sus togas. No les bastaba legalizar a Bildu (marca blanca etarra), sino que han bendecido a Sortu como partido político, siendo ambas formaciones lo mismo que Herri Batasuna, ilegalizada hasta por el Tribunal de Estrasburgo. La hoja de ruta de Zapatero sigue su marcha. No repudian los casi 900 asesinatos ni le piden a la banda que se suicide. Si el día de mañana el TC, contradiciendo al Supremo, legaliza a ETA basándose en alguna declaración ovejuna de la cuadrilla, muchos seremos los que quedaremos impávidos porque ya estamos curados de espantos judiciales. ETA ya está en las instituciones democráticas moviendo los hilos del muñeco del abertzalismo radical. Tienen más franquicias que Zara.