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ANÁLISIS: Liturgia sindical por José Ramón Pin
Los sindicatos tienen la afición de marcar fechas. Ahora el 29-M, el 29 de marzo, es la fecha para la huelga general contra la reforma laboral del 10-F. Es la historia de una huelga anunciada. Lo dijo Mariano Rajoy en una conversación robada por el micrófono indiscreto en Bruselas: la reforma laboral costará una huelga general.
No se engañe el Gobierno, ni sindicatos, ni huelguistas, ni empresarios, ni público, esta huelga general es liturgia sindical. Igual que las manifestaciones religiosas tiene sus ritos. La escenificación, procesión incluida, está pautada. Méndez y Fernández Toxo actuarán de sacerdotes máximos. Los convocantes lo saben y el Gobierno también.
l ¿Una liturgia eficaz?
–Reforma laboral tras reforma laboral, salvo las pactadas, han sido excusas para huelgas generales: hasta ocho contra gobiernos del PSOE y del PP. Sólo una de ellas fue medianamente eficaz; la de 2002 contra el Ejecutivo de Aznar. Entonces la huelga general dicen que moderó la reforma.
l ¿Conseguirá el 29-M lo mismo?
–Dudoso. Primero, porque el Gobierno está comprometido internacionalmente. Después de modificar el déficit previsto para el 2012 al 5,8% en lugar del 4,4% pactado con la UE, no puede cambiar expectativas otra vez. En su tramitación parlamentaria y en el desarrollo reglamentario del RDL 3/2012 puede hacer mejoras técnicas, pero si varía su filosofía, alabada por las instancias internacionales, perdería un crédito que necesita, entre otras cosas, para contener la prima de riesgo. Además, en la legislatura de Aznar, según su célebre frase, España iba bien y se creaban puestos de trabajo. La situación actual es la contraria. Si no se reforma el mercado laboral, la economía tardará más en crear trabajo. Se calcula que con la legislación anterior se necesita un crecimiento superior al 2,5% del PIB para reducir el desempleo. Con la reforma laboral del 10-F podría hacerse con el 1% de crecimiento.
l ¿Puede ceder Rajoy?
–Rajoy no debe ceder; sería un suicidio económico, internacional y político. Necesita que el paro empiece a disminuir antes del 2015 para equilibrar las cuentas públicas, no defraudar las expectativas en él depositadas y ganar las próximas elecciones generales. Pero, aún más que Rajoy, lo necesitan los españoles. Especialmente los jóvenes, que parece que sólo tienen una salida si esto no se arregla: hacer las maletas. Los cinco millones y medio de parados, camino de seis, piden cambiar el mercado laboral.
l Entonces, ¿por qué el 29-M?
–La respuesta es simple: liturgia sindical.
José Ramón
Pin Profesor del IESE
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