Plan de choque contra el gasto por Sergio ALONSO

El problema del gasto sanitario tiene desquiciados estos días a los consejeros de Hacienda y de Sanidad de media España. Son muchas las fórmulas de ahorro que están saliendo a la palestra, pero las más firmes, a tenor de los debates que han mantenido en el mes de febrero altos cargos de Ana Mato con representantes del sector, pasan en una primera fase por el medicamento. Pilar Farjas, ex consejera y número dos de la ministra, quiere por ejemplo promocionar los genéricos sin ir contra las marcas. Por eso, evalúa aplicar en el informe de ventas de la consultora IMS las siglas EFG a todos los productos originales que estén a precio de genérico, lo que aumentaría la presencia en el mercado de estos últimos fármacos a efectos estadísticos. Pero hay más. La «desfinanciación» o «medicamentazo» avanza a paso lento y parece que figuraran en el listado final no sólo productos de bajo precio, sino también de escaso valor terapéutico. Se habla de lágrimas, laxantes, mucolíticos y hasta de inhibidores de la bomba de protones. También están encima de la mesa la limitación de las ventas de productos en indicaciones no aprobadas y el copago. Lo quiere Hacienda para cuadrar las cuentas lastradas por el agujero del déficit y lo ha estudiado Sanidad, que se resiste para no aparecer como el ministerio malo de toda esta película. Se ha llegado a hablar por parte de algún alto cargo de una cantidad a recaudar que oscilaría entre los 2.000 y los 3.000 millones de euros. Y ha hablado también Sanidad, y mucho, de evaluar la eficacia y el impacto económico a la hora de fijar el precio de los medicamentos. La idea es crear una especie de comité de evaluación económica en el que participarían las comunidades autónomas. Las posibilidades de ahorro son tantas como escaso el tiempo que queda para obtenerlo.