Bruselas

Son las naciones no Bruselas las responsables de sus ajustes por José María Aznar

La Razón
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«Los españoles quieren recuperar un rumbo seguro para su país. Hay una gran esperanza (...)por el cambio político que representa Mariano Rajoy, presidente del Partido Popular. Su elección pondrá fin al actual gobierno de la izquierda más regresiva y dogmática de Europa.
Los españoles queremos que nuestro país sea, otra vez, un factor de estabilidad y crecimiento en Europa. Europa necesita un gobierno en España dispuesto a realizar reformas económicas y recortar el déficit para salir de la crisis política y económica en la que el país está inmerso.
Los españoles han demostrado que están dispuestos a aceptar sacrificios para superar la crisis. En mayo, en las elecciones autonómicas y locales, votaron por la austeridad y las reformas (...).

En estos momentos tumultuosos se debe dar confianza económica sobre la base de tres sólidos elementos. El primero es la estabilidad presupuestaria. La crisis actual es, en buena medida, una crisis de déficit y de deuda, y salir de la crisis exige corregir estos desequilibrios. Es indudable que cada país debe seguir su propio camino para lograr el equilibrio presupuestario, pero la meta es común e irrenunciable.

La consolidación fiscal ha sido, es y tendrá que ser una responsabilidad nacional; no hay soluciones escapistas. España ha reformado nuestra Constitución, con amplísimo apoyo parlamentario, para consagrar al máximo nivel normativo nuestro compromiso vinculante con la estabilidad presupuestaria. Mariano Rajoy, (...) empezará por aplicar esta cláusula constitucional para que sea la base de todas las reformas que España necesita.

Todos los miembros de la UE debemos cumplir las reglas de la Unión Monetaria Europea en todo momento. Debemos aplicar mecanismos que garanticen el estricto cumplimiento de las reglas por todos los países, lo que aseguraría que cumplimos nuestras obligaciones con la moneda única, a la vez que se deben respetar las diferentes estrategias que cada país elija para alcanzarlas.

El segundo elemento de la confianza es la reforma. Todas las economías europeas necesitan reformas estructurales para mejorar su competitividad y aumentar su crecimiento. Algunos ya han entendido que vivimos en una economía global, pero hay otros que se resisten a aceptar esta realidad. Alemania es una referencia de cómo haciendo reformas difíciles hay mucho que ganar en el mercado global.

No hay ningún obstáculo insuperable que impida que los demás países sigamos el camino de las reformas. Se requiere voluntad política, ambición y capacidad para llegar a acuerdos. Y ése es el principal activo de la sociedad española: su capacidad para ponerse a altura de las circunstancias y realizar reformas en los momentos cruciales.

Todos los países requieren reformas, pero no debemos caer en el error político y económico de pretender una armonización europea de esas reformas. España necesita poner inmediatamente en marcha su propia agenda de reformas, entre ellas, y con la máxima urgencia, la mejora del equilibrio entre la flexibilidad del mercado laboral y los derechos de los trabajadores. Debemos poner fin a la desgarradora y dolorosa cifra de los cinco millones de parados en España.

Debemos evitar la fractura de Europa en países de primera, segunda o tercera división, y debemos facilitar que cada nación logre los objetivos comunes, pero cada uno con su propia estrategia. Las naciones siguen teniendo un papel imprescindible para llevar adelante las reformas que toda Europa necesita, formen parte o no del euro. Únicamente las decisiones tomadas a nivel nacional tendrán la necesaria legitimidad; sería un gran error pretender tomar atajos que pasen por encima o dejen de lado las instituciones de las democracias nacionales.

En tercer y último lugar, tenemos que ser conscientes de que no habrá salida a la crisis si no hay estabilidad financiera. Los mercados financieros independientes dentro de la Unión Monetaria han dejado de existir, así que resulta esencial la responsabilidad europea compartida. Las crisis bancarias en cualquier parte de la eurozona son un problema de todos y para todos los socios, como esta crisis no ha dejado de demostrar.

En Europa, el sistema bancario privado está profundamente interconectado; sin embargo, no disponemos todavía de un esquema público de protección a escala europea que garantice la estabilidad financiera y asegure los ahorros. Se debe crear un mecanismo europeo de garantía de depósitos y resolución bancaria para lograr una liquidación ordenada de los bancos en quiebra. Tenemos que garantizar una red pública de seguridad creíble e integrada para el sistema financiero que prevenga la aparición de futuras crisis bancarias y minimice los costes del imprescindible saneamiento bancario en Europa.

El cambio político que lidera Mariano Rajoy muestra que España está decidida a ocupar una posición relevante en estas tareas que Europa necesita de forma urgente. Pero no sólo eso, el cambio en España supone una oportunidad para que Europa gane un pilar de estabilidad y confianza; esto fue lo que España aportó al proyecto europeo durante bastantes años desde la fundación del euro. Y lo volverá a hacer muy pronto».

 

José María Aznar
Artículo publicado en «The Times»