París

OPINIÓN: Campillo

La Razón
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El centro cultural Las Claras, de Cajamurcia, acoge desde el pasado viernes una interesantísima muestra de escultura y pintura que, siendo un homenaje al maestro murciano de la escultura Antonio Campillo, es también un panorama del arte de un tiempo, el de Campillo. Si el poeta Sánchez Bautista se hizo «acompañar» un día, en su libro Alto acompañamiento de la mejor poesía española, texto en el que evocaba sus grandes influencias, ahora, los conservadores de la obra y memoria del escultor, incluida su propia fundación, muestran, junto a un buen número de piezas excelentes del artista, algunas prácticamente inéditas, la obra de creadores de la escuela de Madrid y París, así como a un buen número de artistas murcianos que compartieron con él formación o amistad o estilo: Campillo y su tiempo, en suma.
Aunque no conocí personalmente a Campillo hasta hace unos quince años, cuando regresó a Murcia tras su jubilación de la enseñanza, logré entablar una buena amistad con él, siempre de la mano de su amigo y conservador de su obra Juan Pérez Ferra. De esta manera lo visité varias veces en su casa de la huerta, en Aljucer, rodeado de naranjos y flores, como eran las viejas casas de la huerta, hoy abandonadas por los pretenciosos y absurdos chaletes a lo «Falcon Crest», o con esos terrados de pizarra, como si fuese a nevar en cualquier momento. Él conservaba ese espacio con mimo y coquetería.
Escribí, en fin, varios textos para algunos de sus catálogos, o lo entrevisté en algunas ocasiones. Dije entonces, como ahora, que admiraba en su obra esa quietud en movimiento que la enseñoreaba singularmente a través de sus amazonas, ciclistas o bailarinas. En fin, una gran ocasión, esta muestra comisariada por Martín Páez, para evocar de nuevo su obra y la de tantos y notables compañeros de viaje.