El Govern reforzará relaciones con el Vaticano en una visita oficial en mayo

BARCELONA- El gobierno catalán quiere mejorar las relaciones con el Vaticano. Coincidiendo con la beatificación de Juan Pablo II el próximo 1 de mayo, una delegación de la Generalitat viajará hasta la capital italiana en busca de dar un impulso al trato con la Santa Sede, algo desgastado en la era del tripartito.
El ex president José Montilla, de convicciones católicas, tuvo que arrastrar el lastre del primer tripartito (la imagen de Maragall y Carod fotografiándose en Jerusalén con una corona de espinas es inolvidable), pero se esforzó en reconocer el papel de la iglesia. Elogió la visita del Papa a Barcelona, visitó Montserrat en varias ocasiones y mantuvo buen contacto con el arzobispo de Barcelona, Luis Martínez Sistach. Pero el Govern de CiU ve un margen de mejora.
Por eso, entre los objetivos del nuevo Govern, según explicaron fuentes de la Generalitat a la agencia Efe, está el de abrir durante esta legislatura –siempre que mejoren las finanzas–, una oficina permanente en Roma para mantener contacto directo con el Vaticano. Las citadas fuentes indicaron que las relaciones con la Santa Sede tienen una gran importancia estratégica para los intereses catalanes y para el catalanismo, por lo que la beatificación del próximo mes de mayo puede ser el primer paso para la futura oficina.
En las próximas fechas, una delegación de alto nivel del Govern, de la que formará parte la vicepresidenta, Joana Ortega, y a la que se podría sumar el propio Mas, se desplazará a Roma en visita oficial para reunirse con las autoridades vaticanas. En concreto, Ortega y el resto de la delegación estará presente el 1 de mayo en la beatificación de Juan Pablo II en la plaza de San Pedro del Vaticano, oficiada por Benedicto XVI, aunque la visita se aprovechará para ampliar los contactos catalanes con la Santa Sede.
En este contexto, la vicepresidenta Ortega se reunió el pasado viernes 15 de abril con el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, en la sede del Arzobispado, ante quien se comprometió a modificar la Ley de Centros de Culto para que sea «más flexible».
Que el Secretario del Vaticano, Tarcisio Bertone, emplease el catalán ante los fieles en una visita y que el Papa hiciese lo propio durante la consagración de la Sagrada Familia,fueron signos que demostraron la delicada diplomacia vaticana y de la influencia de Martínez Sistach.