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El misterio de los hermanos Merah

El misterio de los hermanos Merah
El misterio de los hermanos Merahlarazon

PARIS- ¿Inductor material o inspirador ideológico? ¿Cómplice activo o pasivo? Todavía son muchos los interrogantes acerca del hermano mayor del asesino de Toulouse, pero pocas las dudas sobre la implicación de Abdelkader Merah en el proyecto terrorista de Mohamed.

Detenido preventivamente desde el inicio de la operación en la madrugada del miércoles, ayer fue trasladado junto a su pareja a la sede la Subdirección Antiterrorista de París para continuar con los interrogatorios antes de que concluya el plazo de 96 horas de custodia policial que establece la legislación gala en casos de terrorismo. Su desplazamiento a la capital hace pensar que pasará a disposición de un juez –y el de París es el único competente en esta materia– en vista de una posible imputación.
Tras tres días de interrogatorio, «muy difíciles», su madre fue puesta en libertad ayer. Con un doble sentimiento de tristeza e ira contra su hijo Mohamed, según su abogado. No entiende los actos de su hijo y «se pregunta si ella hubiera podido evitar las cosas».

En su declaración, el primogénito de los Merah se habría mostrado bastante locuaz. Aunque asegura que no conocía los planes asesinos de su hermano, por el que dijo sentirse «muy orgulloso», ni haberle ayudado a perpetrarlos, sí confesó estar presente junto a él durante el robo de la moto Yamaha T-MAX en la que se desplazó y huyó en cada uno de los crímenes entre el 11 y el 19 de marzo. Entre tanto, Mohamed Merah acudió a un concesionario con la intención de cambiar la apariencia del scooter y desactivar el chip de geo-localización en caso de robo. Aunque el responsable del establecimiento confirma que estaba solo, la policía sospecha que su hermano mayor podía haberle acompañado.

La investigación también habría descubierto que Abdelkader, de 29 años, adepto salafista, no estaba lejos la mañana del pasado lunes mientras Mohamed asesinaba fríamente a tres niños y un adulto en un colegio judío. Además, según otras fuentes, la víspera habrían cenado juntos durante tres horas, pese a las informaciones de ciertos familiares que aseguran que entre ambos las relaciones no eran buenas. En sus conversaciones con los negociadores, Mohamed, aseguró que el ataque de la escuela judía lo improvisó al no encontrar otro militar al que pretendía matar ese lunes fatal, 19 de marzo.

Aunque Mohamed actúo solo, no se descarta que hubiera podido actuar respaldado por alguna estructura radical islamista. El diario «Le Monde» revelaba ayer la existencia de un argelino, nacionalizado francés, que habría compartido piso con el asesino de Toulouse en 2010-2011. Además, la posesión de un arsenal de armas de guerra, por valor de 20.000 euros, suscita el interés de los investigadores por las relaciones de Merah con los circuitos islamistas y de la delincuencia organizada.

En plena campaña presidencial, la tragedia ha dado un vuelco a la agenda electoral. Ayer Nicolas Sarkozy salió al paso de la polémica sobre la eficacia de los servicios de Inteligencia y de la unidad de elite (Raid) de la policía y asumió toda las responsabilidad de las «decisiones que condujeron a la neutralización del asesino», dijo el presidente, que añadió: «No dejaré que nadie cuestione el honor del Raid y de las fuerzas de la policía que han puesto fin a la trayectoria de un individuo monstruoso».

 

Una casa cosida a balas
France TV difundió ayer las primeras imágenes de la casa de Mohamed Merah tras el asalto que le costó la vida. Las paredes agujereadas por las balas y los muebles desordenados llaman la atención de una vivienda modesta que sirvió de ratonera al asesino. En el exterior, más impactos de bala, cristales rotos de la única vivienda aledaña que no estaba cerrada a cal y canto, y una puerta recién instalada atestiguaban lo ocurrido apenas 48 horas antes. Aquí hay familias en estado de shock, gente traumatizada», agregó el vecino del inmueble a los periodistas que aún quedaban en la zona.