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Cospedal culpa al PSOE de «convocar» huelgas y no «ayudar»

El Gobierno avisa de que cambiar la reforma laboral nos quitaría confianza 

Cospedal culpa al PSOE de «convocar» huelgas y no «ayudar»
Cospedal culpa al PSOE de «convocar» huelgas y no «ayudar»larazon

MADRID- El día después de las manifestaciones con las que los sindicatos están «calentando» el ambiente para la huelga general, la número dos del PP y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, arremetió con dureza contra el PSOE por dedicarse a «convocar» huelgas en lugar de ayudar al Gobierno a salir de la crisis.

El PP responde a la presencia de destacados dirigentes del PSOE al frente de la pancarta, como la portavoz parlamentaria, Soraya Rodríguez, descalificando al principal partido de la oposición. Dicen en el PP que la situación económica no está para huelgas, y que el PSOE perjudica al interés general liderando las protestas. Unas protestas «legítimas», reconocen en Moncloa, pero que en ningún caso provocarán la modificación de la reforma laboral. En Moncloa recuerdan que Felipe González ganó las elecciones del 86 después de una huelga general y advierten de que, en cualquier caso, la presión en la calle no puede tener como consecuencia la modificación de los ejes básicos, y más polémicos, de la reforma laboral porque eso nos perjudicaría en el ámbito internacional, ya que afectaría a la confianza de los mercados y de Bruselas.

Desde el PP también se hace hincapié en que la situación económica no está para huelgas ni paros generales del país por el coste interno para nuestra economía y por sus efectos en nuestra imagen exterior. «La situación económica no está para una actuación liderada por los sindicatos que no hace más que perjudicar económicamente la productividad», sentenció la secretaria general.

Más allá de la obligada tensión en el rifirrafe público, en el Gobierno están tranquilos: dicen que en la huelga general se juegan más los sindicatos y el PSOE que el Gobierno. Están convencidos de que en el arranque de la legislatura el coste político será «pequeño», sin perjuicio de que si el descontento social va a más, y las reformas no hacen efecto a corto plazo, otro paro general sí sería más dañino para la imagen del Ejecutivo. En su favor apelan a los sondeos demoscópicos que «no constatan un clima de opinión favorable a castigar al Gobierno ni tampoco partidario de un paro general en estos momentos de la Legislatura, aunque sea mayoritaria la disconformidad con la reforma laboral.

La ministra de Empleo, Fátima Báñez, insistió ayer en enarbolar la bandera del diálogo frente al discurso de las centrales sindicales que acusa al Gobierno de estar cerrado a la negociación. Desde la aprobación de la reforma laboral, en Empleo funcionan cinco mesas técnicas y ayer por la tarde había otra reunión con los sindicatos.