Bruselas

Una legislatura para recuperar el PHN

El Ebro se desbordó e inundó los pabellones de la Exposición Universal de Zaragoza en 2008, un río que suele arrojar al mar más de 10.000 hectómetros cúbicos anuales
El Ebro se desbordó e inundó los pabellones de la Exposición Universal de Zaragoza en 2008, un río que suele arrojar al mar más de 10.000 hectómetros cúbicos anualeslarazon

El Partido Socialista y sus adláteres mediáticos y políticos en la Región de Murcia están empantanados, quién los desempantanará, el desempantanador que los desempantane, buen desempantanador será. Valga ésta locución que sirve de juego para hacer que alguien se equivoque con el fin de ilustrar o definir la situación interna de los socialistas murcianos, atrapados en su propio laberinto hidrológico y en permanente contradicción sobre el problema que más inquieta a la Región. Nuestros socialistas, porque otro cantar es lo que hace, dice y piensa Izquierda Unida-Los Verdes (IU-LV), es un continuo brindis al sol, un proceloso mar de idas y venidas, ora al trasvasismo más «hooligan», ora a su oposición más servil. Su esquizofrenia política en materia hidrológica no sólo raya el esperpento en un asunto medular de la izquierda progresista, sino que define con una claridad supina la principal carencia del PSRM y explica, mejor que nada, el por qué de sus reiterados fracasos electorales en los 17 años. La médula espinal de nuestro socialismo regional reside, a mi juicio, hacer de la necesidad de los murcianos su virtud política, un «casus belli» que sólo les ha servido para ensanchar su lejanía con el electorado.

No se puede defender una cosa y lo contrario al mismo tiempo, porque eso pasa una factura insalvable. El cabeza de lista para el Senado y ex secretario general del PSRM-PSOE, Ramón Ortiz, estuvo en primera fila y portando la pancarta de «Agua para todos» en la manifestación del 2 de marzo de 2004 en Valencia. Ortiz es, sin lugar a duda, el hombre más trasvasista del PSRM-PSOE y una de las referencias más nítidas para todos los militantes socialistas que, aún siendo trasvasistas, no se atreven a levantar la voz ni a contestar a sus dirigentes políticos. El PSRM no será hasta que proclame abiertamente su posición y, ésta no pasa por otro sitio que clarificando su estado de cosas interno de manera contundente e irrefutable.

Esta semana lo hemos visto de nuevo. Comprobamos, una vez más, como el PSOE daba la espalda a la Región en aquello que más le inquieta. Y no lo hacía cualquier militante de base, sino el mismísimo candidato a la presidencia del gobierno, es decir, la persona que supuestamente debería traernos el agua. Esta semana, también, hemos visto como el PSRM recurría por enésima vez al discurso facilón y pueril de recurrir a falsedades para sostener posiciones que no aguantan por sí mismas. El PSOE se ha quedado sin mensajes y por no quedarle ni le queda el derecho al pataleo. Mientras mantengan el doble rasero en materia hidrológica y no definan su posición, el PSRM está condenado al ostracismo, a su marginalidad política desde el punto de vista de ser la segunda fuerza en implantación y un partido de referencia en la historia de esta Comunidad Autónoma que no se sostiene. No pueden criticar la política de agua para todos del PP y que su jefe de filas venga a Murcia (Alfredo Pérez Rubalcaba) y pase de puntillas sobre el tema hidrológico. No se puede, en definitiva, mantener una posición en Madrid y otra en Murcia, o como ha dicho la candidata al Congreso María González Veracruz que el PP carece de política hídrica y sólo ellos son los guardianes de todas las esencias. Peor aún es el recurso a la falsedad para arañar un puñado de votos que nunca conseguirán, porque los murcianos saben de sobra quienes defienden y quienes no el «Agua para todos». Los populares de otro lado siempre han permanecido fieles a la defensa de los trasvases con las correspondientes y sutiles equidistancias con Aragón, Cataluña y Castilla-La Mancha, entre otras cosas porque estas regiones se han convertido en un auténtico granero electoral para Mariano Rajoy. Con la victoria electoral en el horizonte del PP, los populares sólo experimentarán con gaseosa para asegurarse un triunfo electoral que, esta vez sí, permita la recuperación y posterior desarrollo de los trasvases, que no son otra cosa que llevar el agua de donde sobra a los territorios donde falta. España no puede jugarse la salida de la crisis por un puñado de hectómetros vengan de donde vengan porque el crecimiento es cosa de todos y lo que nos jugamos nos afecta a todos por igual. Al PSRM le falta altura de miras incluso en el discurso político cuando niega la mayor y acusa al PP de no incluir en su programa electoral ninguna referencia al agua. Las mentiras tienen las patas muy cortas y el electorado, precisamente, no tiene un pelo de tonto y ha tenido tiempo suficiente para comprobarlo. El PP no rechaza la posibilidad de recuperar el PHN y esto es lo que necesita la Región y también otros territorios necesitados del líquido elemento que les permita progresar económicamente. Bruselas por su parte no se muestra contraria a las políticas de solidaridad entre regiones, entre otras cosas, porque los trasvases son moneda corriente en muchos territorios de Europa. Los próximos dos años el presidente de la Región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, será el presidente del Comité de las Regiones, un cargo y una ocasión que debe ser aprovechada para acabar con una desigualdad histórica.