La batalla del Constitucional

El bloqueo que el PSOE somete a la renovación del Tribunal Constitucional es tan absurdo como injustificable. Es puro cinismo. No quiere al magistrado Enrique López, un jurista de reconocido prestigio que fue el anterior portavoz del Consejo General del Poder Judicial. Los argumentos esgrimidos son tan peregrinos como inconsistentes. No merecen ningún comentario. Lo único sorprendente es que se busquen subterfugios cuando López es autor de varios libros y numerosos artículos jurídicos, es magistrado de la Audiencia Nacional y ha ejercido la docencia en varias universidades. Rajoy acierta al mantener su candidatura. Mientras tanto, la ministra de Sanidad, cuyo currículo es más bien pobre, nombra a una administrativa, cuyo único mérito destacable es que son amigas, para dirigir el Plan Nacional contra la Droga. No es el único caso. Los principios de mérito y capacidad son irrelevantes para el Gobierno. Es una realidad que contrasta con lo que sucede en los países de nuestro entorno.