Operación Lezo
Y Antonio López subió a Neptuno
Madrid- Neptuno vuelve a llevar bufanda, que igual sirve para protegerse de los fríos que no acaban de irse que para las celebraciones, como la corbata en las bodas. Antonio López pudo, por fin, escalar ayer hasta la estatua para vestirla con su símbolo de campeón. Como los jugadores, que llegaban con camisetas rojas y la leyenda que tantos años han esperado: «Campeones».El Atlético recuperó la ruta del triunfo. La ofrenda del trofeo en La Almudena, en la Comunidad y en el Ayuntamiento, antes de acabar en Neptuno, donde unas 50.000 personas esperaban con impaciencia a su equipo. El recorrido era nuevo para muchos. Casi nadie quedaba de aquel desfile, con carros de caballos e Imperioso presidiendo, que organizó Jesús Gil para celebrar el doblete.La fiesta estuvo amenazada. No de suspensión, porque la alegría puede con todo, pero sí de lluvia. A las cuatro y media estaba citada la comitiva en el Vicente Calderón. A esas horas, aparecía el granizo. Pero si a los aviones les cuesta salir desde Alemania, al autobús del Atlético de Madrid no le detiene nada. Como a Esperanza Aguirre, que no dudó en ponerse la camiseta que le regaló Enrique Cerezo. «E. Aguirre» y el número «10», se podía leer en su espalda. En el Ayuntamiento, el protagonista había sido Perea «Bota de Oro, Perea Bota de Oro», le cantaba Antonio López. El colombiano sonreía. Son campeones.
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