Nueva York
Palin llama a la unidad para derrotar a los demócratas
Las recientes victorias del «Tea Party» no dañan las posibilidades de los conservadores de vencer el 2 de noviembre.
Ha nacido una nueva estrella en el Partido Repúblicano: Christine O'Donnell, de 41 años, la nueva candidata de la agrupación por el asiento de Delaware en el Senado. Y como todas las celebridades, allá donde va sienta cátedra y acapara los titulares. O'Donnell, con sólo tres años de experiencia en política, ha lanzado advertencias a los pesos pesados del partido: «Uníos a mí». Los dirigentes republicanos han reconocido que preferían a Mike Castle como candidato por tener, en su opinión, más posibilidades entre el electorado indeciso. Sin embargo, los votantes republicanos votaron por esta candidata pro vida para que los represente en las elecciones legislativas del próximo 2 de noviembre en la que se renueva la Cámara de Representantes al completo y un tercio del Senado. Mientras los estrategas republicanos preparan nuevos cálculos para replantear su estrategia, la ex gobernadora de Alaska y mentora de la carrera de O'Donnell, Sarah Palin, pidió a los líderes republicanos que aparquen sus diferencias y capitalizen las victorias del «Tea Party» de cara a la convocatoria del «mid-term». Desde Oklahoma, Palin optó por derrotar a «un partido de izquierdas debilitado».
Por su parte, la portavoz de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosy, se alegró del surgimiento de nuevos líderes «duros» entre los republicanos por considerar que su presencia los favorecía de cara a la bolsa de votantes indecisos de centro. Pero una encuesta publicada ayer por la CBS y «New York Times» reveló que la batalla está muy reñida y que tanto republicanos como demócratas tienen posibilidades de ganar la mayoría en el Congreso. Estas cifras han revivido las esperanzas de los conservadores, que podrían ganar más de diez senadores en la Cámara Alta, por lo que se quedarían a menos de siete escaños para la apreciada mayoría absoluta. Respecto a la Cámara de Representantes, los demócratas empiezan a temer la pérdida de su hegemonía, que consideraban asegurada antes del verano.
El enfado de los norteamericanos con el presidente norteamericano, Barack Obama, por su gestión de la crisis económica puede hacer cambiar la balanza de poder. Con un paro que ronda el 10%, una cifra impensable en Estados Unidos, ayer se conoció que había aumentado el porcentaje de estadounindenses que viven por debajo del umbral de la pobreza hasta llegar a un 14,3%, el mayor índice entre la población trabajadora registrado en el país desde 1965. Aproximadamente 43,6 millones de norteamericanos o uno de cada siete vive en la pobreza.
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