Los Ángeles
Saatchi al desnudo
Un libro se adentra en la historia del coleccionista y su galería, uno de los centros del arte internacional
¿Podría sobrevivir la galería a su creador? La pregunta no es baladí si nos referimos al establecimiento de Charles Saatchi, uno de los hombres y nombres más fuertes del panorama artístico internacional, una de las personas, como dicen quienes le conocen de cerca, que sabe el valor que tiene una pulgada, en alusión a que él mismo supervisa cada una de sus exposiciones (no es lo mismo un centímetro a la derecha que a la izquierda, aseguran que comenta). Si a las cifras nos atenemos, hay que resaltar que en 2010, la todopoderosa sala de arte organizó 3 de las cinco exposiciones que más público atrajeron a Londres.
Una apuesta decidida
«The History of the Saatchi Gallery», libro que acaba de salir al mercado, repasa la breve pero intensa historia de la sala, sin la cual, se señala, la historia artística se habría escrito de diferente manera. Un paso más allá avanza Sir Norman Rosenthal, a quien el texto dedica uno de lo sesudos ensayos (los otros son de Brian Sewell, Richard Cork y Steve Martin), al afirmar que Saatchi «es el comisario más importante del planeta». En 1985 se inaugura la galería. Por sus salas han colgado obra jóvenes rompedores por los que 20 años atrás nadie apostaba ni una libra ni un dólar. Nombres como los de Dinos y Jake Chapman, Tracey Emin, Martin Maloney, Marcus Harvey, Chris Ofili, Mark Wallinger y Damien Hirst recibieron el consabido espaldarazo y correspondiente empujón cuando el galerista decidió apostar por sus creaciones. El libro se adentra a través de una completa colección de 900 imágenes y mediante una exhaustiva documentación en la vida de este negocio, al que desde las páginas del volumen desean larga vida todos los invitados, con independencia de quién esté al frente del negocio, porque Charles Saatchi no será eterno.
Steve Martin, coleccionista por sorpresa
Tenía 21 años cuando compró el primer cuadro. Entonces no sabía el gracioso de Steve Martin (en la imagen) que sería el germen de una peculiar colección de arte, con obras notables, de las que pocos o muy pocos tienen conocimiento porque el actor no alardea de ella. Dice que pertenece a su intimidad y que compra lo que le gusta. «Ship at the sea» es el nombre del lienzo de Jame Gale Tyler que abrió la colección. Lo compró en un anticuario de Los Ángeles por 750 dólares. Fue el principio. Después se aficionaría cada vez más al arte, hasta adquirir «Hotel Window», un bellísimo cuadro de Edward Hopper de 1955 y «Captain Upton's House», obra del mismo autor. Más tarde se dejó seducir por Bacon, Picasso y Lucien Freud, sin olvidar las fotografías de Cindy Shermann. En el libro, está presente un artículo suyo sobre Saatchi. Aunque no todo han sido buenas noticias: unos falsificadores le engañaron meses atrás al comprar un falso Campendonk en París por 700.000 euros. Menuda ganga.
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